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El espectacular regreso de la esposa descuidada

El espectacular regreso de la esposa descuidada

Autor: Gavin
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Capítulo 1 

Palabras:2252    |    Actualizado en: 11/11/2025

ba parada en mi sala, sosteniendo una prueba de embarazo positiva y una e

bellino, felicitó a mi amiga por "hacerle un gran servicio a la famili

simple "recipiente" para nuestra familia. Luego orquestó un "accidente" qu

alvaría la vida de mi padre por el hermano de mi amiga y m

os, pero fui ciega al hecho de que mi propia vida estaba siendo sist

r durante dos años, he construido una nu

vez, no solo está tratando de contr

ítu

sta de Elen

mi esposo. Me lo reveló hace una hora, sosteniendo una prueb

e dejaron a la Ciudad de México sin aliento. Llenó mi consultorio con tantas orquídeas raras que parecía un jardín botánico. Encargó una sinfonía inspirada en el ritmo de un corazón latiendo, dedicándomela a mí, la Dra.

eralmente podía sostener una vida en mis manos, le

llegó el d

a al Bosque de Chapultepec, con un brillo triunfante pero temeroso en sus ojos. Me extendió la fot

urró, aunque su voz no conten

mente..

agros, comenzaron a temblar. Un sudor frío brotó en mi frente y la habitación comenzó a inclinarse. El horizonte de la ciudad fuera de la ventana se desdibuj

tró como un huracán vestida de Chanel. Sus ojos, fríos y afilados como el acero quirúrgico, me ignoraron por

dijo, su voz goteando una

n gran servicio

mí, su expresión cambiando a

que ni siquiera pueden realizar l

que un golpe físico. Estéril. Inútil.

ra Garza, no preguntando, sino ordenando. Hizo un gesto al

dos para asegurar la salud

y mi suegra organizaban la nueva realidad de mi vida. No sentía nada y t

azotó las mejillas. Caminé durante horas, mis pies moviéndose en piloto automático, hasta que mi teléfono v

staba esperando en el vestíbulo, su hermoso rostro

dónde has estado! Es

azos extendiéndose para

mé cien

pantalla llena de mi nombre. Cien ll

e y persuasivo que había usado durante dos años para desmant

que te gustó en la subasta. Y reservé esa isla p

an embriagadoras, aho

é, las palabras ásperas

ortaba. Dijiste que

Lo eres", insistió, s

amilia. Un heredero para el legado de los Garza. Sofía es solo el recipiente

ora su habitación. Llevaba una de mis batas de seda, su mano protectoramente coloca

eña tablilla de o

cuerdas est

sado. Había escrito un deseo en ella en el templo, una oraci

s en voz alta, su voz

para completar n

a tablill

ién querías. Solo estoy ayuda

a adelante, arrebatándole la tablilla de madera de la mano. No solo la rompí; la astillé en una docena de pedazos, los b

éndome contra su pecho, sus brazos como una

tu habitac

destello de resentimiento en sus ojos,

ndolo con una fuerza q

e toq

eamos raz

me reí, un son

tiempo has estado acostándote co

e fastidio cr

procreación. No es como si tú pudieras hacerlo", dijo, su t

ntramos un método

a. Entendía la mecánica de la concepción mejor de lo que él podría imaginar. La pura ignorancia

uavizándose de nuevo en esa ca

durante el embarazo, te asegurarás de que coma bien, qu

a cabeza

N

La sonrisa de Bruno se desvaneció. Sus ojos, los que una ve

diji

la cuidadora de tu ama

su tamaño y presencia

hospital donde trabajas. Tu carrera, tu reputación... todo depende de nuestr

í. Tenía razón. En el mundo de los Garza, mis logros, mi habili

sonrisa confiada regresó. Se inclinó y me besó, u

da", susurró co

. Tú eres a la q

z de su madre resonó desde

a revisar a Sofía. Deja de perder e

ón suavizándose en un

a buena chica, Elena.

as sombras del pasillo, escuchando. Podía oírlos hablar en la sala. El a

dijo su amigo, su voz

da de poder. Ahora tienes al heredero y te qu

ncantadora que usaba para el p

ril. Y honestamente, está tan metida en su trabajo que prácticamente está casada c

baleándome, mi mano volando a mi boca para ahogar

entro había un único documento. Un acuerdo de divorcio en blanco, pre-firmado por Bruno. Me lo había dado antes de nuestra boda, un gran gesto para

ón silenciosa. No me había dado poder. Me había dado una cor

de largo las cien llamadas perdidas de Bruno y enc

, mi voz sorpren

ronteras en Sudán que me ofreció el me

pausa al

tá. ¿Pero estás se

mirada cayendo sobre el a

irme. Inme

sí. Tendría que ser cuidadosa. Tendría que planear mi escap

el estómago. El departamento, mi hogar, ya estaba siendo transformado. Catálogos de bebés estaban esparcidos por

suficiencia asomó a sus

cil para ti, Elena.

ceros que no pude contarlos y

ncio. No hagas un escánd

estaban de pie junto a la ventana. Él le frotaba la espalda, su

de esperanza den

voz era inquietan

á bi

rprendida, luego complacid

está firmado", dije, mi voz

ntado. Estaré fuera de s

ue apretado en mi mano, dejándolos

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