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Noventa y nueve veces, y nunca más

Capítulo 4 

Palabras:1115    |    Actualizado en: 11/11/2025

e de que todavía estaba viva. A través de la delgada pared de mi habitaci

la prensa no me deja en paz. Dicen que e

esforcé por escuchar la

lia", dijo finalmente,

erto!", sollozó. "He sufrido tanto. Todos esos años que estuv

lejandro. La pregunta quedó suspendida en el aire, fría y cortant

si no me iba, me arruinarían! ¡Te arruinarían a ti! Lo hice para protegerte, Ale

cilmente de sus labios. Er

dijo Alejandro, su voz dura. "Era un

aber dolido. Pero no lo

e táctica. "Debería irme. Solo te estoy causando p

a, y pude imaginarlo perfectamente. Él atrayéndola a sus brazos. Ella, d

ró Julia, su voz teñida de falsa simpatía. "In

. Una liger

je. Mi voz era ronca, déb

nto después, mi propia puerta se abrió. Alejandro y Ju

s con falsa preocupación. "¡Elena! ¡Estás despierta! Oh, grac

ión cambió. Sus ojos se llenaron de lágrimas. Cayó de

culpa. Me iré. Desapareceré de nuevo. Por favor, no dejes que yo sea la

era la víctima noble y abnegada. Y

"Mírala, Elena. Está de rodillas, suplicándote. Y tú simpl

"Vámonos, Julia.

erta de un portazo. Julia me lanzó una última mirada por

bía dicho que fuera fuerte, que fuera amable. Pero también me había dicho que no fuera una tonta. Había sido

e mi padre. Vivía en Europa por su sa

iño. ¿Está

oz quebrándose. "M

Contuve la respiración, espe

e lo suficientemente bueno para ti. El negocio no significa nad

stro. Lágrimas de alivio, de g

ro, cala

én te qui

a cosa más. ¿Tú o mamá alguna vez amenazaron a Jul

madre que había ganado una beca para estudiar música en el extranjero. Hizo las maletas y dejó una

o mismo de la venganza de

bía terminado de escarbar en

viajar. Mientras empacaba mi pequeña

ámonos antes de que te vayas. Hay algo que necesito

. Sabía que estaba mintiendo. Pero la mención

pregunté, m

Sabía que era un error, pero fu

ndo radiante. No parecía alguien que acabara

en", dije,

un brazalete de diamantes en su muñeca. "Se siente tan cul

cada regalo, cada momento tierno. Escuch

", pregunté finalmen

sa lenta y cruel.

é fija

te quiso más a ti. La hija perfecta. Pero no importa a quién quisiera, ¿verdad? Porque al f

susurro triunfante. "Realmente eres u

l café. Un hombre irrumpió, su rostro contorsionado por la rabia. S

Arruinaste mi vida! ¡Ahora vo

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