Heredera Traicionada: Mi Dulce Boda de Venganza
ista de Ji
r vibró con un mensaje de un número desbloqueado que Eugenio de
olanco, un lugar del que una vez huí, pero que ahora se sentía como un santuario. Mis días estaban llenos de reuniones en Inmobiliaria Cantú, familiarizándome de nuevo
diente, se sentía como si fuera de otra vida. ¿Llo
ción de calma, escrib
comprom
sta fue i
én estarías comprometida? Ya no con
e siguió in
rme celoso. Es una jugada audaz, te
ños, había esperado horas, a veces días, por una respuesta
eocupación. Él ofrecía una palmada distraída en la espalda antes de volver a su trabajo o a su teléfono. Su indiferencia hab
gún deseo de ju
léfono comenzó a sonar. El número pres
ié un último mensaje desde mi propio número, ahora de
Mi prometido me
loqueé par
ra. Estaba c
cnológico con el que la inmobiliaria de mi familia se había asociado durante décadas. Él era el brillante C
padres habían querido que
o, él publicaba artículos sobre computación cuántica. Mientras yo iba a fiestas universitarias, él hacía prácticas en Google. Después de graduarse del Tec de Monterrey con una doble titulación en ciencias de la computación y negocios, no se unió a la empresa familiar. En
nso y concentrado. Me intimidaba. Cuando mi padre lo llamó para proponerle la alianza matrimonial después de mi regreso, había
bro, aceptó
ante de mis lirios stargazer favoritos, un detalle que Eugenio nunca logró recordar. La fiesta de compromiso se planeó exa
ojos oscuros y serios fijos en los míos. El diamante en la banda de plati
, pero te prometo que tendrás mi máximo respeto, mi lealtad y mi protecció
nio solo había prometid
z que se apoderó de mí por primera vez en años
ael. A
o en mi dedo, un
lor. Con Kael, no tendría que preocuparme de que gritara el nombre de otra mujer mientras dormía. No tendría que competir por su atención. Esto era
té en mi cama, con una mascarilla refrescante, revisando mi teléfon
risa-. ¿Se volvió loco? ¿El crema