La redención de la viuda billonaria
ÍA
ón. Al día siguiente, Valeria apareció e
empalagosa-. Todo esto es mi culpa. El abuelo A
s ojos se encontraron con los suyos, y dejé que la máscara de cortesí
a mis padres para
l instante. Sus ojos se llenar
des decir
omento, Mateo
o al lado de Valeria y poniéndola detrás
-sollozó Valeria en su pech
ijo Mateo, mirándome con
as y una risa amarga y bu
e parecer culpable. So
rte, Sofía -dijo, la mentira
toda la casa. El humo comenzó a salir por deb
-jadeó
eo agarró a Valeria y corrió en la dirección opuesta, h
l estaban allí, lo único que me quedaba de él. El humo era espeso, me asfixi
da con llave
os únicos que habían ido por ese camino. Me
a parte de atrás. Corrí, mis pulmones ardiendo, y me lancé contra ella con el hombro. Se
Don Armando estaba allí, con el rostro sombrío,
car algo y derribaste una lámpara
on el brazo envuelto protectoramente alre
implemente negué con la cabeza, d
velocidad por el camino de entrada. Los oficiales
estaba sucediendo, uno de ellos me
ar su negocio de galería de arte para
el portal de pago en línea de mi galería hace meses, para vender algunas piezas para un "ami
tro acto de confia
, mis ojos fijos en
Armando, que se había agarrado el pecho, su rostro volvién
sala de interrogatorios. Cuando finalmente me dejaro
ó, sus cámaras parpadeando como re
rto que ha estado vend
anta vergüenza al n
ría y pegajosa. La multitud se rió. Traté de hablar, de d
o y Mateo salió, flanqueado por guardaespaldas. Se abrió paso entre la multitud, su rostro una m
su voz llena de falso remordimient
al otro lado de la calle todo el tiempo. Había observado. Me
eputación quedó destruida. Esa noche, pasé por
Valeria, sus manos en
o una tarea. Una obligación. ¿Sabes cuánto lo odio? Después de tocarla
suave y quejumbros
rocedí tropezando, mi mano golpeando un jarró
del estudio se detu
voz de Mateo era agu