Tentación prohibida: Sometida por el tío de mi esposo.
oche anterior había descansado lo suficiente para restar estrés a su c
ada con Nixon. Tenía que esperar una invitación al sindicato que tal vez jamás lle
esmeraba en ello y jamás le gustó desentonar. Aunque si tuvier
o sobre la llegada de su padre. Mientras Lina intentaba concentrarse en su comida. Sin embar
acia su esposo, él ni siquiera se mosqueó. Había una pesadilla que
preguntó Lina
nemos una reunión para
do as
rostro de Nixon, en lo que Kae
entos. -respondió Nixon
er la única salida que puedo tener. -fundamentó Lina pidiendo lo mismo
a perder la compostu
-añadió Lina con una sonrisa.
el horario. Le gustaba presumir que era su espos
molestia. -Una invitada a última ho
tado desde un inicio. -Mantuvo su porte des
gusta que lo recalques. Tal vez en unos meses de
lamada que le llegó al móvil, saliendo del comedor como si detestara el instante. Lina no
ubierto en su mano. Los brazos fornidos dejaban a la imaginación q
s que puedas? -
ta que estaba viendo de m
e. -le aclaró su esposo. -En la familia hacemos eventos con temáti
¿tú qué crees? -presumir a su abu
esa ocasión le dijo que no estaba en la ciudad. Pero era la abuela de Lina, de seguro c
ba lo que era el verdadero
o de Drácula, con Johnny Bravo, Cruella sin su obsesión por los Dálmatas y un tipo que no entiendo
drías explorarlo. -le sugirió la chica que cepillaba s
. Atila levantó la cabeza a la defensiva, pero logró calmarla
irmó con un sonido en su garganta. -Su
parecía cuidar hasta su forma de respirar. La puerta fue abierta y en ella enc
ró un papel en color negro. L
ber escu
que el resto. -pasó a su lado. -Estoy incluyéndote
s y se dio cuenta de las
a. -Tomó el papel que miró para luego dejarlo sobre la mesa. -Pero
rc
cruzó un brazo. -En
eron silenciados de golpe. Cerró la puerta detrás suyo y salió hacia el jardín en donde vio a Nixon y a Kael juntos
or mi vestido. -mostró el papel que Kael por instinto vio. Ella fingió no d
mirt, glitters?
ás jugando,
mirt? -La cara de Kael fue un poema cuando la c
ío. ¿Quieres
n con enojo. El único que ignoraba lo que dijeron fue el hombre frente a ell
sión en su mirada. Hacerlo perder la paciencia siempre tení
s aparcados a unos metros del jardín. -Tenemos un acuerdo, Adelina. Pero me caes bien, así que te quiero dar una advertencia sobre ese sujeto. -al estar lo suficientemente l
ecer como e
balleroso se vaya. Es mejor llevar la fiesta en paz. -La chic
s conmigo no funcionan. La primera recibe advertencia. La segunda una pru
mi e
del vehículo, adentrándose a este enseguida para salir
e información había hecho su trabaj
marlo. Aunque ella también p