Siete años, una mentira de cuatro años
El
momento. Casi podía oír los engranajes girando en su bril
to a bruscamente alerta-. Este es un procedimiento radical e irreversible. Está diseñado
as. Decirlo en voz alta lo haría aún más real,
onocía nuestra historia. Sabía que Bruno había sido mi roca, mi mayor apoyo, el hombr
labras sabiendo a ceniza-.
resilientes que conozco. Construiste una vida, un impe
: una extraña de ojos hundidos-. Esto no. Hay cosas q
fectos secundarios a largo plazo. Borrar un evento traumático específico es una cosa, pero lo que estás insinuando... borra
-. Ese es el punto. Ya no
n y cuenta nueva? -pregunté, recordando un detalle de nuestra cena. Había mencionado un componente, un suero, todavía e
a, casi severa. -Elen
s ahogados del final del pasillo se habían detenido, y un silencio nuevo y más aterrador había ocupado su lugar. Pr
n que se toma a las dos
or favor. Eres el único que puede ayudarm
historia, mi profundo miedo al abandono, la feroz lealtad que depositaba en la familia que había constr
inalmente, su voz teñida de una grave resignación-. Habl
rde. Lo más drástico ya
puerta. Me quedé perfectamente quieta, mi cuerpo rígido, mis ojos bien abiertos en
puerta del dormitori
e in
r de su cuerpo mientras se acercaba, el aroma familiar de su loción ahora co
ue habían estado sobre ella hacía solo unos momentos, se presionaron contra la nuca de mi cuello. Una ole
brazo, una reacción pur
pastosa por un falso sueño
voz ahogada por la almohada
bajo y satisfecho que me erizó la piel. Volvió a rodearme con su brazo, e
en mi cabello-. Soñé que me
so era un dolor físic
Un nombre simple, sin pretensiones. Un nombre sin historia, sin fantasmas. Estaba imaginando la nueva identificación, el nuevo pasaporte.
llenó la habitación. Estaba agotado, por
er por la mañana, y yo fui directamente al baño, cepillándome los dientes hasta que mis encí
barra de desayuno, bebiendo jugo de naranja, con las piernas desnudas recogidas bajo ella en el taburete. Llevaba una de las camisetas
-dijo alegremente-.
sa amplia y atractiva en su rostro, una sonrisa que una vez había hech
. Te guardé un poco de masa. -Señaló con su espátu
do la barbilla en su mano-. Bruno es el esposo
e de mi taza de café. El desafío estab
nte tranquila-. Le da a cada qui
a la gente que me importa. Mi esposa, obviamente, es lo
su esposa y su amante, sentadas en la mism
clic. -Bruno -pregunté, mi
de la pregunta. Kía se congeló, con
o el ceño en confusión-. Eres la ú
do, suave y practicado. Pero anoche,
café intacto-. ¿Crees que es posible que u
o. El amor no es algo que puedas dividir. Cuando realmente
opia expresión indescifr
extrañas, El? -preguntó, con u
hipótesis. Si alguna vez te enamoraras de otra persona, m
os, inclinándose para besar mi frente. Tuve
omesa baja y sincera-. Pero si pasara,
Porque si ese día llegara, no pelearía. Simplemente