La traición del Don: Mi imparable ascenso
ía
ama que había cread
serias! ¡Vamos a
clinó y susurró, su alien
sido más apasionados que tus siete años
palmas. Seguí al grupo a una lujosa y tenuemente iluminada sala de ju
n y se sentó a mi lado. No dijo una palabra; su presencia era una afi
entarse al otro lado de Dante, efectivamente emparedándome entre ellos. No tuve que mirar para saber que su atención se había
. Antes de que mis dedos pudieran to
voz una orden baja-. Sabes q
oso que pretendía ser. Pero el momento se hizo añicos
frutas que solía amar cuando era adolescente-. La línea de producci
n con una calidez que nunca había visto. El amor y la nostalgia luchaban en su
la -dijo, su
mente lo conoce". Cada palabra me pintaba como la intrusa, la tercera e
sus ojos brillando con una luz depre
ás alta de una baraja elegiría a alguien para que la acom
iniendo entre Dante e Isabella. Todos
ta. El Rey de Espadas. La carta más alta
para levantarme, para irme, para
ano de Dante salió disparada y agarró l
llo bajo destinado solo para mí, una
brazos. La multitud se volvió loca mientras la conducía ha