Amor por contrato, corazón en deuda
alo y cuero, era una barrera olfativa contra el caos exterior de Nueva York. Olivia se hundió en el asiento de piel más suave que
l maletín sobre sus rodillas. No sacó ningún docu
detesta perder el tiempo -comentó,
e, formando un torbellino de ansiedad. ¿Por qué ella? ¿Qué podía ofrecerle a un hom
cielo. Las puertas de un ascensor privado se abrieron silenciosamente ante ellos. Thorne la guio con un gesto. El ascenso fue tan rápido y silencioso que a
s se abrieron, co
Manhattan. La luz del invierno, pálida y gloriosa, se derramaba sobre pisos de mármol pulido y muebles de diseño minimalista, tan austeros como costosos. No había un
a ella, contemplando la ciudad como si fuera su
ba, con una espalda ancha que tensaba la impecable tela de su traje azul marino. Su postura irradiaba una autoridad tan absoluta que
anta suavemente. -Señor
ance se gir
r del acero y la piedra húmeda. No eran fríos, sino profundamente calculadores. Escudriñaron cada centímetro de ella, desde sus botas modestas hasta su abrigo desgastado, hast
. Era grave, serena, sin un ápice de emoción in
el ascensor, dejándolos solos en la vastedad de la hab
rle un asiento, sin un saludo-. Robert le
itir que este hombre, en su torre de marfil, la intimidara por completo. Ya es
la de Thorne. No llegó a sus ojos. -Directa. Me ag
undida por la pregunt
l entorno, sobre las circunstancias, sobre las personas. El control es la única moneda que tiene un
e parecía flotar en el centro de la sala. Sobre ella solo
ador de todo esto -hizo un gesto vago hacia la ciudad bajo el cristal
perando. Sentía que estaba
a carpeta-. Es un hombre de otra era. Cree en la familia, en la tradición, en la est
ó a la garganta a Olivia, pero log
segunda vez esa mañana-. ¿Q
icia. Alguien presentable, inteligente, con la compostura suficiente para engañar a un hombre viejo y enf
e un puño. Desesperada. Era un diagn
entemente desesperada. Sin familia inmediata que interfiera, con deudas que superan cualquier
ION TEMPORAL Y CONFIDENCIALIDAD" destacaban en negrita en la primera p
se con usted? -preguntó, incapaz
como mi devota y amorosa prometida y luego esposa frente a mi abuelo y el círculo familiar necesario. A cambio, yo liquid
na abstracción, un billete de lotería. Con eso, no solo saldría de deudas. Sería rica. Libre.
es? -preguntó, su vo
te a los eventos que yo indique, vive donde yo diga, se comporta como yo exija. Y tres, la más importante -sus ojos grises se clavaron en los de ella, y por primera vez, Olivia sintió un ve
uguete. Un año. Solo un año. Podría aguantar cualquier cosa durante un año. Podría actuar,
? -preguntó, ca
tomar el ascensor y volver a su vida. O a lo que quede de ella. La elec
poder. Vio la cara burlona del señor Rossi, el letrero de "Sterling"
seguía allí, un nudo de hielo en su estómago, pero
rafo -dijo, y su v
página, sellando su destino con un garabato que entregaba un año de su vida al hombre más peligroso que jamás había co