Entre el amor y el arrepentimiento
o, Sadie recogió sus cosas a to
mirada en la calle cuando un elegante Maybac
s rasgos de un hombre cuya apariencia nunca dejaba d
nó con voz suave y a
de la inquietante llamada de Laura más temprano
damente el asiento traser
reas que hacerte la pobrecita hará que
e la po
e, y una risa, aguda y desprovista de c
rciar?", preguntó con un
ndió: "Relájate, no hay necesidad de a
", insistió Sadie, con l
. El abuelo quiere verte", ex
lar de calidez en la caótica vida de Sad
cundaria y la misteriosa desaparición de sus padres, la am
oah había ilumina
volver a una reali
, su silencio era un asentim
oz, apenas un susurro, rom
Noah, cuya confu
el plazo de un mes", declaró con un tono re
Noah podría descubrir su
ía que interrumpiera el embarazo, y ella esta
tá tomada, Sadie. Deja de jugar conmigo a estos juego
quería, lo que siempre lo dejaba l
que sus sentimientos se utilizaran como mon
divorcio sea oficial, debemos mantener l
n agudo escozo
de piedra cuando se trata de mí",
a cabeza para mirar hacia afuera, dejando qu
una exuberante y prestigiosa colina de Buihron, a apenas
nte en el patio, marcando su
tegiéndole con elegancia la cabeza con su anc
hibición teatral, se encontró momen
, Noah le rodeó la
ovieron mientras intentaba es
encia, el hombre tropezó ligeramente y se vo
levantó la vista para encontrarse con su
ó, con un destello de
y su voz se apagó
la repentina aparición de Nigel,
e volviera a tomar la mano, mientras Nigel
Ya empezaba a pensar que se habían olvidado de
es, Sadie se habría adel
izada, sin saber qué papel debí
l mundo de los negocios, no pasaron por
ario", afirmó Nigel. su mirada se suavizó con empatía hacia
na línea, permaneció en silencio, absorb
curvados en una sonrisa forzada que no llegaba a su
ón por ella era sincera, pero entendí
pación, mientras tomaba la mano de Sadie entre las suyas. "Estás pálida. Ven, va
te, Sadie se dejó guiar hac
n el ceño fruncido, un gesto que revelaba
a visión de ella encontrando consuelo en la compañía de su abuelo
y serena, la mujer estaba sentada en el sofá, con una taza de caf
sa cuando vio a Sadie. "Hola, eres una
tó? Viendo el desastre que es, queda claro por qué no quiere admitir su relación". Luego se volvi
tudiar al extranjero fue un error. Si no lo hubiera hecho, ni ust
tés de vuelta ahora. Algunas personas que han prolonga