icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon
Apuesta de cincuenta dólares, venganza de un millón

Apuesta de cincuenta dólares, venganza de un millón

Autor: Gavin
icon

Capítulo 1 

Palabras:994    |    Actualizado en: 23/10/2025

de la prepa. Tenía dieciocho años, me moría de hambre y estab

en "Elena la de quinientos", la zorra de la

aron con mi humillación pública, asegur

llegar a la cima de Santa Fe, pero morí sola, llen

a entendí por qué to

uelta en ese salón de clases, momentos antes de la apuesta q

Javier Macías, con una mirada

rienta se había ido. En su lugar había

ítu

ista de El

porque me mo

o mi compañera constante en mi decimoctavo año. Mi cabeza estaba apoyada en mis brazos cruzados, mi mejilla presionada contra l

cerrados, dejando que mis otr

e las luces fluor

ápiz contra el papel a un

susu

urmiendo. Debe estar

sita b

pesos, yo tambié

otra vida, una vida que terminó hace apenas unas horas en un lujoso penthouse en Santa Fe, estas voces eran un ec

sto detrás de mí.

acías? -preguntó otra voz, má

lena Herrera. Es bonita, pero es más pobre q

r Macías, el mariscal de campo estrella y rey de la prepa, consiguiera una foto comprometedora mía. En

-siseó

en perfecta de vulnerabilidad. Pero detrás de mis párpados cerrados, mi mente era una máquina afilada como una na

e, muy cerca. Esperé. Años de negociaciones de alto riesgo me habían ens

Toc

pupitre. Lig

iesta muy necesaria. Levanté la cabeza lentamente, parpadeando como si mis ojos estuvi

er M

bello estaba perfectamente despeinado, su sonrisa era algo practicado y encantador, pero sus ojos...

con voz gr

ronca, justo como sonaría la de u

colonia cara y a algo únicamente suyo, algo que du

como una pregunta, sino como u

frotaba nerviosamente contra su dedo índice. Estaba montando un espectáculo para

a y hambrienta. La presa era un tiburón d

e, casi de form

O

rdo. Probablemente esperaba una pelea

se. Lanzó una mirada de suficiencia y vi

jó pavoneándose, un rey e

rtirse en risas bajas y de aprobación. Pensaron

manga una realidad que me anclaba. El hambre punzante seguía ahí, un rec

el broma cósmica, me había enviado de vuelta. De vuel

rror fatal. Me enviaron d

z, el jue

Obtenga su bonus en la App

Abrir