Una cama que él forjó
acias a ella, me movía con total l
descifrar la rutina de los guarda
dinero que Silas me había dado todos esos años, estaba
e llevara algunas de mis pinturas a una
ocultos en esas pinturas, y
aneaba mi huida, Kaitlin s
de la mansión, se lanzó di
nerla, "El señor Hudson n
acia Silas, que venía detrás: "¿Oh? ¿Acaso ha
iendo al mayordomo con impaciencia y l
adro de la pared cuando al girarme, me
ruzados y pasos arrastrados, escudriñan
ilas, pero su mirada gélida no se despegaba de mí, par
mudeando: "Es que... la propia Sa
ndo durante los últimos meses, y a veces él
stas son palomas, símbolo de la felicidad, cantando...". Y él se reía, brome
con ellas e incluso hizo que W
e, se mordió el labio inferior y le dio un puntapié a una. "Me da igual,
ente comparara estas obras
, extendí la mano instintivam
gundos antes de llamar al mayord
había llorado cuando descubrí sus intencione
irmó al encontrar la mirada bu
o alcancé a ver cómo amontonaban mis p
saltaban c
o mientras los recuerdos r
la noche. Alguien, sin miramientos, me arrastraba tapándome la
.
de la ventana del auto se bajó solo un poco. Charlie echó un vista
alería lo confirmó. Ya antes habían seg
ocas pinturas consignadas en la galería. Quizás porque su
anteriores del mismo pintor, y quiso averiguar de quién se trataba. Así fue como siguió el ras
ncia, tratando de confirmar si la ha
pente, perplejo: "¿Qué hace
y Silas salieron juntos y
ta hacia una figura borrosa en la pantalla de su teléfo
cabo, ella no