Una cama que él forjó
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cuando andaba perdida y sin memoria. Y durante siete años s
débil del príncipe de Sangrilas,
que estaba a punto
l extranjero encargando un v
dio vaso de vino con una
to, mete a Sandy Ramos en la cama de Charlie S
rago; la que yo mismo he entren
no te duele? Sandy te ha
us propios ojos que Charlie no es ningú
qué me había recogi
.
trago, ya me sen
etidas veces, pero ni para
or dentro, la sangre y la piel me ardían. Pero la mente la tenía despejada. T
sin oír el nom
os un par de veces, así nomás. Si
ejor sonrisa para congraciarse
peñó en salir del país, aunque
a Silas bajarse los
e te antoje, yo te cubro las espaldas
aballete al hombro mientras hablaba con Silas. L
, allí estaré yo. Y
medio lado le dio un codazo en el hombro. Le sopló algo
le habría encargado a Silas. "Pinta
ión de los Hudson fue tierra prohibida para to
e era el cuarto de oro que Silas me tenía pr
n fue en que arriba hab
che, sin cansancio. Le encantaba verme los ojo
do, un estu
el Grupo Hudson, yo me pasaba
en el lienzo, una maraña de
sonaron fuertes internacion
e ve una vez en la vida, que sus cuadros reb
araña, iban fragmentos de mi
venía abajo, y aquella voz desesperada. "Nuestra familia..
.
apurada de un chico. Parecía estar advirtiéndole al m
tocó el brazo. Donde pasaba su
a él. Quise abrir la boca
aba la cara, pero poquito a po
o la tocaría hasta el día de la boda? Pero yo quiero que ve
as ganas de casarse con él". El que estaba a su lado no paraba de darle la razón: "Pa
ilbur Powell, el asist
a vez más. Su tacto estaba helado. Y n
"¿Cuánto le echaste? Te dije que solo er
ras que solo le puse una pizca. Ca
a función le pongo la medida justa, y
la cuenta de t
e y tirarme a la cama de Charl
onsíguele un pasaje a Sandy para que se largue al extranj
de la droga
e retorcía por dentro. Las manos apenas encogidas, pero con la
a el vino, entre besos en el pelo: "Sandy, hay veces q
corto ese "p