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Mi Corona, Su Fin: Un Corazón Vengativo

Capítulo 3 

Palabras:949    |    Actualizado en: Hoy, a las 11:17

de un suave amarillo neutro. Un móvil de nubes blancas y esponjosas colgaba sobre una cuna vacía. Estaba clasificando metódicamente

sentía completamente fraudulento. Miró de mi vientre plano al pequ

lo bajo y tranquilizador. Me había besado la frente y prometido compensarme por la educación universitaria que había aba

vez encontré emocionante. Ahora, solo me ponía la piel de gallina. Suspiró, un sonido carg

con la voz áspera-.

regazo. Los desdoblé. No era un informe del hospital. Era un a

opio dolor un peso frío y muerto en mi pecho-. Conseguiste lo que querías. La prueba

tro se

Lo que pasó... fue una

deseado? ¿Olvidaste que estaba embarazada cuando pusiste tu pequeña trampa? ¿Te olvidaste

o entre dientes-. Pero lo q

mpí, mi voz elevándose-. ¡Mi único arrepentimient

són de seda, queriendo arañar mi propia piel, arrancar el vacío dentro de mí. Tenía q

anos, que habían aterrizado en mi cintura, se detuvieron. Todo su cuerpo se puso rígido contra mi espalda. Finalmente, lo hab

z espesa con una comprensión repen

contra mi oreja, su cuerpo temblando con so

hace diez años, atrapados en ese edificio en llamas, cuando nos habíamos abrazado con fuer

obre mis piernas desnudas, sacándome del recuerdo. El pasa

ije, mi voz

a estoy aquí -murmuró, t

, agarrándome del marco de la puerta. Lo empujé al pasillo y cerré la puerta

trar! ¡Tenemos que hablar! ¡Est

as, esta vez metálica y aguda, proveniente del te

que le envíe ese video de tu precioso 'fallo de seguridad' a Serrano y a todos los demás cl

evó a un ton

e bebé! ¡Merece pudrirse

z un murmullo bajo. Luego le oí decir las palabras que, final e

aquí. Yo me encargo. Te daré

de hospital como la que acababa de dejar. Había llorado y hecho exactamente la misma promesa. "Te daré lo que quieras, Adriana. Lo prometo". En aquel entonces, había creído en su dolor.

baratas. No valían nada. Y eran total y ridículamente desechabl

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