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Mi Corona, Su Fin: Un Corazón Vengativo

Mi Corona, Su Fin: Un Corazón Vengativo

Autor: Gavin
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Capítulo 1 

Palabras:1613    |    Actualizado en: Hoy, a las 11:17

arriesgaría a nuestro hijo nonato para salvarlo. El shock de su traición me costó a nuestro bebé.

ra su "soldadita leal" y que ún

e que hablaba de su propia muerte, a manos

ítu

nsaje de texto. No era una confesión n

metal. Su hermoso rostro estaba amoratado, un hilo carmesí de sangre se deslizaba por la comisura de

tado los últimos ocho meses; este era el sabor metálico del miedo. Un dolor agudo me atravesó el bajo vientre, una protesta violenta de mi cuerpo

oz una cuchilla de hielo que no delataba el terror que me atenazab

rimía la curva desconocida de mi embarazo, un recordatorio constante y pesado de lo que estaba en juego. Mi

berías quedarte fu

o el cargador de mi Beretta

do volumen. Cada bache me provocaba una sacudida, y apoyé una mano en mi vientre, susurrando disculpas silenciosas

frenético que igualaba los latidos de mi corazón. Mi equipo se desplegó, asegurando el perímetro con una eficiencia silenciosa y letal.

os de la puerta, lista par

sa

nta, pero inconfundible. La risa ligera y musical de una mu

l sonido era obsceno en una si

rzándome por oír por encima del golpeteo de

simulacro táctico a gran escala? ¿Solo para ver si vendría? -La

oz casual, confiada, completamente desprovista del terror de la foto-. La

soltó un

u condición? El riesgo par

eó como una bofetad

pistola en mis manos de repente

. Adriana es una profesional. Sabe cómo manejar el riesgo. Además, esta pequeña prueba es necesaria. Serrano neces

nuestra brillante nueva analista, a la que Emiliano había estado asesorando tan de

unción. Un teatro cruel y macabro

e fuego por una apuesta... eso es de sangre fría, Emili

hacía sentir como la única mujer en el mundo-. Ella lo es todo. El pilar de mi vida, la madre de mi hijo. Nunca permitiría que

Tan maldita y arr

obre si arriesgaría mi vida, y la de nuestro hijo,

sionó en ese único y desgarrador momento. El cimiento de nuestra vida juntos: una mentira. Nue

el vientre, un doloroso recordatorio de la vida que llevaba. La vida que él había apostado tan descuidadamente.

o, la estratega que él había ayudado a perfeccionar, tomó el contro

úmero que no había contactado en una década. Un núme

os. Quiero el con

on de vigilancia posicionado sobre la bodega. Mostraba a Emiliano, Gisela y Serrano de pie alrededor de una m

s risas co

, Prieto! Si no atraviesa esa

. Ella no llegaría tarde. Se arrastraría

débilmente a través de la puert

para destruir su incipiente empresa. Me había empujado por una ventana del tercer piso para ponerme a salvo justo antes de que el techo se derrumbara, ganándose esa del

había sido su escudo, su estratega, su socia. Le

aridad escalofriante, c

ó una voz d

r expi

ue

aca

ch

mas con el dorso d

regresiva

unfante comenzaba a elevarse desde a

esorbitados por la sorpresa. La sonrisa de Emiliano se congeló, su copa de ch

fijó en Gisela Dorantes, la bri

is pasos medidos y silenciosos. Mi equipo se despl

de Gisela, mi voz pel

señorita

, desco

Qu

suponía que era nuestros ojos y oídos para este... simulacro. Sin embargo, no detectó a un equipo táctico de seis hombres, comple

divertida se había desvanecido, reemplaza

ertidamente se ha convertido en una prueba de nuestra competencia. Y nuestra analista pri

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