Bebé secreto del ALFA
ventanas, es oscura y apesta a humedad y desesperación. Incluso cuando su
sobre el escritorio, mirándome fijamente para que lo abriera. - Resulta que la persona que se
o de papel en
a dado uno más fuerte. - Aunque dije eso para mí, casi puedo e
enes con los dedos.- Le dobl
s delgada, ni
gar, si ese hombre hubiera sacado un arma ni siquiera ese temperamento tuyo habría podido
ué s
enton
yo puedo ser grosera con ese hombre, solamente bajar la guardia podría terminar con mi
unos días para reflexionar... Te
incluso peor de
ro se
discusión, Lauren.
no hay forma de hacerlo cambiar de parecer. Pero salir de ahí a p
, ignorando las preguntas de Celeste y algunas comp
mente al cambiar aceleré el paso por delante de los demás hasta que el sonido del rugir de un motor me logró desubicar, lo
ritó una person
é tan odiada pue
.
¡A
ez agradezco tenerla conmigo. Cuando me percato de la situación siento el aire caliente del Pagani negro respira
spués de darle una patada agresiva a la puerta del piloto a pesar de las personas que intentaron evi
er un auto lujoso en este pueblo s
ignorar los semáforos en rojo y las le
enas bajó, el asqueroso aroma del ci
ano claramente masculina, sujetando una tarjeta negra con bo
es un rico
onto vi mi tacón de aguja con acabados metálicos incrustándose en la ventana polarizada al golpearlo con toda mi furia
greso la tarjeta por la rendija. - Anoté la matrícula del
so odio a lo
alcanzarme, me detengo. - Te seguí porque sentí que algo no estaba bien ¡Y ahora pasa esto! ¿Qué harás si es
puedo terminar de decir la oración debido a los intensos escalofrío
s estar tan s
mente ralenticé mi paso
temperamento tuyo? - Celeste se rió de mí. -
y leal amiga desde que me mudé a este pueblo hace cinco años. Le prometí no hacer nada problemático
.
mom
ventana de
costosísimos tac
ada en mi rostro y las manos temblorosas.- Afortunadamente ese forastero no sabe quién eres, tal vez no se de cuenta de que esos zapa
é la frente con la mano. - Ya le
tento no mirar su cara de cachorro abandonado porque sé
tus ánimos. - Me abrazó incluso antes de hablar pa
de una mujer alcohólica
la, honestamente ni siquier
.
30
a que me dejó cerca de casa, en el asiento trasero de s
inte minutos caminando lo cual no es un problema realmente... Pero en estos momentos
uiente, por culpa de Celeste terminé bebiendo demás y no logro coord
cilidad, esto no debería ser así. Incluso yo uso mis propias lla
íos, intenté sacudirlas de mi cabeza ¿Cómo podrían descu
una forma logré convencerme a mí misma de que todo estaba bien y solo estaba siendo paranoica debido al licor e
sino un Pagani Huayra que, a pesar de la oscuridad brillaba con un esmaltado casi perfecto. Mis manos em´piezan a tirtiar au
aso decido correr rápidamente hacia la puerta del p
é con sorpresa, deja
r el metálico tacón de aguja de mi trabajo, el auto estaba completamen
las luces encendidas acelero mucho más mi corazón mientras perdía el aliento con cada paso, el agrio sabor de
oídos cuando paso a toda prisa, me detengo en seco
s conversando frente a la figura d
tha apenas me vio, su rost
regunto, dejando mi mochila de lado para entrar. - No sabía
de golpe repentinamente cuan
sin verlo, me era imposible olvidar aquella mirada
de repente de pie frente a mí tras cinco años desde que