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Despertar a la traición de mi esposo

Capítulo 4 

Palabras:1074    |    Actualizado en: 30/09/2025

ista de Al

a, sino un perfume floral empalagoso y pesado. El aroma característico de Jimena. Estaba por todas partes, aferrado al aire como una enfermedad. Mis foto

cerrada de lo que había sido nuestro dormitorio prin

sonando distante a mis propios

rriendo para bloquear la pue

gunté, mis ojos cl

ados por un pánico fingido-. No hemos tenido oportunidad de limp

de

que poseía, la aparté de u

solía leer. Una botella de colonia para hombre -la de Damián- estaba junto a un frasco de la costosa crema facial de Jimena en el tocador. Pero fue

ndo detrás de mí, f

ucho! ¡Le dije a la muc

en la puerta, con el rostro del color de la ceniza. No podía mirarme a

do como un frágil trozo de hielo-,

ián, su voz quebrándose-. Nosotros... mantuvimos e

s, por el pasillo hasta la pequeña habitación del final. El

mí, como un mayordom

go? ¿Agua? ¿Estás cansada? Deberías descansar. -Ahuecó

uavemente h

-Prácticamente escupió las palabras, luego se dio la vuelta y salió, su voz un sise

ta. Podía oírlos en el dormitorio principal de al lado. Los so

oz de Jimena, un

e que ponga este camisón

la voz de Damiá

lo en una bol

o usarlo esta noc

. Luego otro, un gemido bajo que

ban allí, a solo una delga

el suave y rítmico crujido de la cama que comenzó. Los sonidos de su traición eran una tort

aron en mis palmas, el dolor agudo una bienvenida distracción de la ag

mi cuerpo temblando con una nueva ola de ra

grité, mi voz

golpeó el interior de la puerta con un golpe sordo antes de que se abri

a Damián, de pie en la puerta, sin camisa, con el pelo

e piensas -tartamud

e se había apoderado de mí. Había algo que necesitaba.

i voz peligrosamente tranquila-.

rpadeó, c

es tarde. Nece

repetí, mi mirad

finalmente asintió, una mirada de profund

bien, Alina. Lo

Garza, apreté las manos en mi regazo. Había dejado una cosa allí para que la guardaran, una cosa

ario de

Caminé directamente a la gran b

nde

qué? -pregunt

o di para que lo pusieras en la

rostro mientras sus ojos recorrían la habitación, como si buscaran una r

había seguido, y vi una comunicación si

o por él. Había dicho que era boni

bía dado

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