Despertar a la traición de mi esposo
ño. Lo primero que vi no fue su rostro lleno de amor, sino a é
o para que me dijeran que nuestro matrimonio había sido
hora, su poderoso padre tiene un nuevo plan para mí: un matri
ítu
ista de Al
oma no fue sobre la luz, ni el dolor, ni el esposo al que le ha
, corrió a mi lado, sus manos perfectamente cuidadas revolot
sin respuesta, pero la repulsión era un cable de alta tensión dentro de mí. Miré más
o. Quiero solicitar e
ueso diario encuadernado en piel de la mesita de noche-. Mira esto. Damián te ha estado e
legante caligrafía de Damián. Mi corazón, ese e
n un dramatismo digno de telenovela-. Te leía, ponía tu música fav
en la esquina, con un h
horas hasta Acapulco, solo para conseguirte esa concha de mar que siempre quisis
ida y nacarada. Era he
. ¡Una peregrinación, Alina! -Prácticamente estaba llorando-. Caminó kilómetros descalzo
amuleto intrincadamente tallado. Un "milagrito" para la buena salud, sup
por las lágrimas-. No puedes hacerle esto. No puedes
dadosamente construida. Quería gritar. Quería hacer trizas
mente, mi voz un graznido
yo re
estaba en un vacío negro y silencioso, y al siguiente, mis ojos estaban abiertos, mirando el techo de paneles a
mi mirada cayendo en el espacio entre
na mesa de operaciones, estaba presionado contra la pared. Su costoso traje
era Jimena
nredados en su cabello. Su vestido estaba subido hasta lo alto de sus muslo
-murmuró Damián, con la v
do bajo y gutural que
e cerebral. Además -ronroneó, presionando un beso en su mandíbu
el ti
a con el sacrificio de mi propio cuerpo. Mi riñón estaba dentro de él, funcionando, mantenié
a mí. La peregrinación no fue por mí. El d
ayéndola imposiblemente más cerca. La besó entonces, un beso profundo y hambriento d
r cardíaco a mi lado, el que había estado emitiendo un ritmo co
Pip-pip-pi
ojos, desorbitados por el pánico, se encont
cómica. Empujó a Jimena lejos de él
ó, su rostro per
ntes de derretirse de nuevo en esa máscara
s enfermeras y los doctores entraran corriend
e Jimena, el recuerdo era tan nítido y claro
gistro Civil me miró por encima de sus gafas, con e
de la cirugía, mi cara más llena, mis ojos brillantes co
mi lado, retorci
vámonos a casa y
ign
, en su computadora. Sus dedos se detuviero
ró, inclinándose más
te que cualquier cosa que hubiera sentido
ué
ceño fruncido
s registros, no puede
tó la res
r qu
staban llenos de una lást
meses. -Hizo una pausa, su mirada pasando de Jimena a mí y
su pa
al Jimena Camacho.