Despertar a la traición de mi esposo
ista de Al
icas de Jimena a mi lado, el zumbido bajo de las luces fluorescentes de la
ul
sa
Ji
fuera de una cama de hospital, impulsada por una furia justiciera, para terminar un matrimoni
y frío, un marcado contraste con la tormenta de fuego que ardía dentro de mí. Me habían borrado. Mientras yo yacía en coma, luchando por mi
dola un milagro. Hablaban de mi resiliencia, de mi fuerza. No tenían idea de que yo era un fantasma rondando mi propia vida, con mis entrañas va
silencio. Necesitaba respuestas. A
e frío y calculador que llevaba a una sala de juntas. Era un hombre que veía a las personas no
-dijo, su voz desp
rías, Eugenio -g
ió no e
Su imagen es primordial. Una esposa en estado
-repetí, la palabr
i matrimonio mientra
iento-. Y Jimena era un reemplazo adecuado. Am
un electrodoméstico roto, desechado
te lo aceptó? -La pr
se curvó en una le
as hacer tú. -Colocó una carpeta de manila impecable en mi mesita de
e lejos durante años, su tranquila competencia una presencia constante en el caos de urgencias. También sabía que era el único heredero de la vasta fortuna farmacéutic
otro hombre en coma? -Lo
r las apariencias hasta que Elías se recupere. Tú, una enfermera dedicada que se recuperó
sacrificio, mi dolor, mi recuperación milagrosa..
ó de mí, reemplazada
mi voz plan
rprendido, pero rá
uiero ir a casa primero. A la casa que Damián
¿inquietud?- cruzó su rostro ant
Damián t
ro una máscara de torturada preocupación. Sostenía un ramo de
ándose a mí-. Mi amor.
e como si tuviera miedo de tocarme. El gesto, un
, sus ojos llenándose de lágrim
a, ni tristeza. Solo u
e, mi voz tan estéril como l
interpretando mi petición
Te instalaré. Finalmente po
a de mi habitación de hospital se abrió de nuevo. Jimena e
dirigir su mirada hacia mí-. Alina, me alegro mucho de
otr
cómo se tensaban sus hombros. Se giró,
je que esperar
ndo su brazo con el de él-. Somos
bro de su nueva esposa. Su amor superficial y performativo ni siqu
. Con ella. A la casa