Su Vida Secreta, Mi Confianza Rota
dra So
n el teléfono apretado en la mano, las palabras en la pantalla grabándose en mis retinas. Odio, arrepent
mbre que amaba, había conspirado para ase
rimiendo el aire de mis pulmones. Pero debajo del duelo sofocante, algo más se estab
mente clara. No me rompería. No sería desechada. Les haría pagar. Q
ra un tormento más allá de las palabras. Cada risa compartida, cada toque tierno, cada promesa susurrada d
Una tonta cie
a sola, herida y atrapada en territorio en
asta el único contacto que había jur
había advertido sobre Eduardo, sutilmente al principio, luego más directamente. Había visto
ra más importante que el
ciendo eco del latido frenético de
vieja de lo que recordaba, t
dolorosa admisión de mi propio fraca
esta llamada durante tres años", dijo, su voz desprovista de cualq
s acciones en Solís Innovaciones, puestos en la junta, cu
", dijo suavemente. "Solo necesit
omé una respiración profunda y temblorosa. "Y necesito que averigües algo por mí. Eduardo siempre creyó que mi
, su voz grave. "La familia Cárdenas... sus raíces son más profundas y oscuras de lo qu
o por la espalda, but mi rumbo estaba
a pizca de fuerza regresaba. Te
oz fría y firme. "Prepara los papeles. Lo quiero todo. Sus acciones en Corporativ
ancia clara y calculada entre nosotros. El hombre que había fingido devastación solo unos
en la puerta. Se dio la vuelta y me dirigió una mirada larga e indescifrabl
x", murmuró,
a se escapó de mis labios. Me pregunté qué sentiría él, esta actuación constante. ¿A
iré directamente a los ojos. "Eduardo", pregunté,
blanco, antes de darse la vuelta y salir por la puerta, dejando la
luces de la ciudad desdibujarse a través de mis lágrimas n
dadera casa para empacar mis cosas. Al
a del lugar. Llevaba una de mis batas. Su mano perfectamente cuidada descans
robación en su rostro, estaba la madre de Eduard
o que trajo el gato". Dio un paso hacia mí, sus ojos llenos de
golpe hizo que mi cabeza se echara hacia atrás, el agudo e