La red de mentiras de mi esposo multimillonario
nario genio de la tecnología. La única persona capa
los fondos que podrían haberlo salvado a su amante p
me dejó desangrándome en un accid
rcio y descubrí que todo nuestro matrimonio era una ment
e engaño para asegurarse de que nunca pudie
rechazado años atrás y comencé mi plan p
ítu
lia
o, Kilian Montes, se suponía que esa debilidad era yo. Yo era su ancla, la única persona que podía atar su alma caót
dejó de se
de chismes que nunca leía pero que amigas "preocupadas" me enviaban. Kilian, que una vez compró una playa privada en la
es, famosa por ser famosa y mi pesadilla personal de la preparatoria. Ella era la razón de la ten
estaba completament
a hacer a la medida para mí, solo para ver una foto aparecer en mi celular: Kilian, con su mano posesivamente en la cintura de Dalia, mientr
n taxi a casa, con la seda del ves
mantenido desde que estábamos en la quiebra y compartíamos una sola rebanada de pizza. Sus mensajes de texto se hicieron más cortos, su
o la ubicación como el jet privado de Kilian. "Accidentalmente" envió un paquete a nuestra casa que contenía una foto enmarcada de ell
e convirtió mi dolor en algo frío, duro
e ver c
nuevo tratamiento experimental ofrecía un rayo de esperanza. Era astronómicamente caro y requería recursos y conexiones que solo Kilian poseía. Me
promesa como una náufra
ca. El tratamiento debía financiarse de inmediato, el equipo debía asegurarse en sete
esitamos los fondos.
cuchar el leve maullido de un gato de fondo, un sonido que sabía que pertenecí
a lo
rosidad de Kilian Montes No Conoce Límites: El Multimillonario Tecnológico Financ
ñicos, dejándome ahogar en la
urió
iz, revisaba mis contactos. Mi pulgar se detuvo sobre un nombre que no había marcado en ocho años. Un número que había
n mientras escribí
ta. Era un acto desespe
minuto después, m
ime dónde está
deslizó por mi mejilla y salpicó la pa
ias de 24 horas. Ahí estaba él. Kilian. En una conferencia de prensa para el santuario de gatos. Sonreía, una sonrisa rara y genuina que
pantalla decía: *Una Nueva Oportunidad:
de noche, lo único de Leo que aún no podía soportar guardar. Tocaba una versión
amento de una recámara sobre una lavandería que siempre olía a ropa húmeda y cloro. Kilian era un fantasma entonces, un chico brillante y e
bujando código complejo en servilletas. Empecé a dejarle las sobras, luego le ofrecí mi sofá c
folio con valor de miles de millones. Nuestras vidas se trans
y cristal que ahora llamábamos hogar-. Una de verdad. Algo que ninguno de los dos tuvo
onstruyendo un mundo para Dalia, un santuario para sus gat
ncaban del alma. Tomé la caja de música de Leo, su madera
ambio de mensajes con Kilian. Mis súplicas desesperadas para que llamara al hospit
upa
na ju
edo ha
sto matrimonio en un acantilado ventoso en Huatulco, prometiéndome una vida de devoción. Lo había pasado con ell
hace dos días. *Leo está empeoran
resp