Su promesa incumplida, mi nuevo comienzo
. A cambio, me prometió que
arle mi fiesta de "Bienvenida a casa" a nuestra hermana adoptiva. Me llamó un fantasma que
é. Simplemente apagué mi celu
ítu
sta de Alej
te para ella. Yo lo sabía, mi socio Fernando lo sabía, y en el fondo, bajo capas de eufo
s cruzados sobre el pecho, pareciendo más un padre decepcionado que el director de operaciones de mi imperio tecnológico. El sol de
ón de piel, juntando
r. Es un ajust
za una fiesta de "Bienvenida a casa". Una presentación formal al mundo como una Garza, como tu coher
cenizas en la boca-. Sintió que la llegada de Esperanza
có Fernando, con la mirada fija-. Esto no se trata del cumpleaños de Valeria,
es ri
ratando de olvidar. Valeria es la hija perfecta y pulcra que tú y tus padres eligieron para constr
o cerca de la verdad, y un mú
nte dónde pone
do se acercó al escritorio, apoyando las manos en él-. Ha esperado ocho años por esto, Alejandro. Ocho años desde que la "encontra
lo
será el turno de Esperanza? -Negó con la cabeza, con una expresión
endo la culpa como una serpiente fam
omo si fuera infinitamente paciente, infinitamente comprensiva,
nquebrantable devoción. Pensé en ella, acostada en una cama de hospital
no lo
des estar
rta de triunfo, la prueba definitiva de su lealtad-. Cuando me
el vínculo que teníamos, la deuda que ella sentía que tenía conmigo po
rtándose del
secuestraste su bienvenida a casa para una fie
-dije, fingiendo un tono casual-. Una celebración conj
Fernando, la palab
irá y fingirá que está feliz de compartir el protagonismo. -Lo imaginé perfectamente: Esperanza, con un vestido sencillo comprado en una tienda departamental, de pie en un rincón,
fijamente durante
duda-. Porque si te equivocas, no solo estás perdiendo a una
iré el horizonte de la Ciudad de México, el sol poniente pintando los rascacielos d
e quedaría mirando mientras Valeria soplaba las velas de un pastel
re lo
nza que había proyectado para Fernando ahora deshilachándose, d
-