El día de su boda, la venganza perfecta de ella
volvió al
, una serie de movimientos calculados en
mañana, un Doberman blanco descansando su cabeza en su regazo. Acarició la elegan
Industrias Chen, uno de nuestros socios es
se detuvo sobre la
tra posición en Bio-Gen, aprovechando la inf
io, con la mirada fija en
arcos, su voz vacilante por p
una p
a el ala este del Hospital Ánge
intiendo la repentin
la e
gía Pediátrica E
financiado en me
llar del perro, un espasmo involuntari
agarre, su respiración s
jo, su voz peli
a acelerar la demolición -informó Marcos, con el rostro sombrí
palabra fue ape
ienestar de lujo de última generación.
abios de Gloria, algo ent
e que su silla voló hacia
ritorio, lleno de agua, tembló y lueg
o -dijo, su voz
eles fue un borrón. Cuando llegó,
alanceaba perezosamente hacia el edifici
ranza Franco" había sido arrancada de la pared
del polvo y el ca
nte y dirigía a los trabajadores
ramo de gl
ariñosa en el rostro mientras la observaba. Parecían una parej
Gloria fre
a abrió. Sacó la escopeta que guar
El sonido fue como un trueno en
nrisa vacilando al v
dijo con voz chillona, t
vantó la
ntó a
a los
sp
os circundantes. Los globos rosas
anzó detrás de una
mó Isaías, corrien
scopeta, el sonido agudo y amena
rramientas y corrió a cubrirse. El operador de
o cayó sob
voz de Gloria resonó, clara y autoritaria-, tienen cinco seg
esitaron que se lo dije
etrás de los escombros
ja amargada que no sopor
otegiéndola con su cuerpo. Fue un gesto protec
ruel piedad-. Tenemos que superar el pasado. Kiara es
hacia atrás y t
trabajo, con el control. Quizá si no lo
pearon con la fuerz
stá manchada por todo el... pecado que éramos nosotros. Este lugar... guard
un segundo, su visión se nubló y no
a su codo, su voz un murm
cabeza, apartán
la es
la placa de bronce. Se agachó, con movimientos rígid
-dijo, con
ar de regreso al coche, sus hombre
í en la dedicación del ala, se apresuró a acercarse. Puso en sus manos la pequeña caja de la primera p
con el brazo alrededor de ella, sonriendo para las cámaras. Le había prometido
tó Isaías de
ero no se d
parte de la historia del hospital. Podemos... i
asmo-. ¡Podríamos ponerla en e
dió. Simplemente
bre ella, tratando de
ceptaron al instante, sujet
irarlo, sus ojos tan muerto
-dijo, su voz plana y uniforme-. Pero
da respiro que tomes es un re