Los pecados de mi marido, la venganza de mi corazón
ista de El
ro enterrado entre las manos. Sus hombros temblaban con lo que parecían ser soll
. estaba tan preocupado. Karla salvó tu carrera. Sentí que le de
ón torturada, la autoflagelación. Todo estaba allí. Simple
n graznido seco-. Les dijiste a nuestr
tro pa
io. Ya sabes cómo son esos tipos. Solo est
pregunta colgando como una guil
eso? ¿Tan poca fe tienes en mi amor por ti? -Lo enmarcó como una acusación, una herida que yo le había inf
de amabilidad profesional que había recibido y lo retorció para justific
mis ojos y me metió s
todo. No hay n
aba lleno de recordatorios: "Comprar las flores favoritas de Elena", "Recoger las vitaminas prenatales de Elena", "Noche de
que ponía en el engaño era casi má
reo -
, envolviéndome con sus brazos como un niño ar
ue lo harías. Eres la única
escalofriante. Ya no se trataba de amor
e mi lado, atendiendo a todos mis caprichos. Luego, una tarde, dijo que tenía que sa
es de texto todas las noches después de que te duermes. Dice que estar contigo se sien
ron blancos. Todo era un juego. Un juego enfermo y retor
ije, mi voz baja y uniforme-. Se cansará de
ojos brillando de odio-. Eres una ama de casa acab
cuidadosamente construida. Me levanté,
di un paso adelante, hizo algo extraordinario. Se abofeteó a sí
plomándose en el suelo-. ¡No
entar matar a su bebé, de ser un monstruo celoso que no pod
izo. Se quedó en la puerta, su mirada parpadeando entre mi
decisión en sus ojos. Un destello de
no podemos seguir viéndonos. Es lo mejor. -Su mirada,
ortunidad, se puso
. -Se tambaleó dramáticamente y luego se lanzó hacia
. No me alcanzó a mí, su esposa herida y embarazada. La alcanzó a ella. Atrapó a Kar
ante. Su cuerpo, protegiendo el
leo, pero no encontraron ninguno. Caí hacia atrás, mi cabeza conectando con
que vi fue el rostro de Andrés, sus ojos abiertos de horror, mientras afe
todo se vo
xcepto por el pitido rítmico de un monitor cardíaco. Casi
uelta atrás a las cómodas mentiras. Él no era el hombre con el
dentemente firmes. Marqué el número qu
-dije cuan
¿Está to
o-. Esa oferta que me hiciste en la universidad... la de que si alg
atónito al otro
rta sigu