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Su perfecta mentira, mi mundo destrozado

Su perfecta mentira, mi mundo destrozado

Autor: Gavin
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Capítulo 1 

Palabras:2091    |    Actualizado en: 29/09/2025

eroso de la industria musical. Cuando el doctor confirmó que nuestro bebé

esposa; era una sustituta. Una imitación perfecta

ser mío. Era un "legado" para Gisel

uerdo de mi madre muerta, y Emilio me dijo que era solo una "baratija barata". Hi

n aborto violento. Luego, arrojó las cenizas de mi madre

todo era una farsa calculada. Yo solo er

o finalmente me encontró, rogándome que volviera a casa por

bebé habl

ítu

Camp

regalo para otra mujer, una continuación viva y palpable de un

e de la camilla cubierta de papel, mis dedos trazando la ligera curva de mi vientre a tra

su propia sonrisa cálida y genuina mientras señalaba

no, señora Garza. Todo

ente me invadió q

ensidad que hacía que mi corazón doliera de amor. Murmuraría palabras de consuelo, su voz una melodía baja y tranquilizadora que calmaba todos mis miedos. Hoy

mis dedos voland

bebé está sano y

con esa rara y deslumbrante sonrisa que reservaba solo p

a clínica privada en Lomas de Chapultepec, mi teléfono permaneció en silencio. Reprimí una punzada de decepción.

e movimiento afuera captó mi atención. Una elegante camioneta negra, la camioneta de Emilio

a en la banqueta, de espaldas a mí, moviéndose c

ado, y él se inclinaba, su brazo rodeando

voz delgada contra

brió la puerta del copiloto de su camioneta, sus movimien

hacia él, hacia el hombre que amaba. Lo seguí, mis pasos silenciosos sobre el pavimento, h

o estaba de espaldas a mí, pero la cascada de cabello oscuro y sedoso era un espejo exacto del m

omo uno de los productores de Emilio

Emilio? -rio Leo-. Aunque encontraste un

re se espesó, presionándome

a, desprovista de la calidez que yo conocía tan bien. Era la vo

esperanzador, mi mundo se enderezó. Luego continuó-: Es una i

mblaba tan violentamente que tuve que presionar mi mano

se

estado en coma durante los últimos tres años tras un trágico accidente de coche. La mujer cuyo estilo musica

ía hecho de mi inf

so de su padre, muriera, dejándome huérfana. Se deleitaba en atormentarme, su crueldad una espina afilada y constante. Mi padre, un compositor de u

is pies. Defendió mi música, me protegió de los críticos y me amó con una pasión feroz y absorbente que curó

ido el manuscrito de mi padre. Emilio se había precipitado sin pensarlo dos veces, protegiendo el manuscrito con su propio cuerpo. H

és, con la voz ronca por el humo, me

dería por ti. Moriría por ti

que sí? Me había enamorado

do la destrucción casual de mi vida, otro f

Conseguir esa cicatriz solo para conquistarla? Un poco de teleno

piración. Todo mi

llo bajo, pero la oí tan claramente c

inversión

héroe, mi mundo entero... t

Leo-. ¿Qué pasará cua

fue escalofriante

dero, el legado de los Garza. Adela puede ser su niñera. Es

y robóticos. Salí al sol cegador de la tarde, pero no sentí calo

es. Lo necesitaba. No a Emilio. Al él que estaba enterrad

l panteón y el largo y sinuoso camino cuesta arriba. Caí de rodillas ante

s. Amado Padre

, pegándome el pelo a la cara y empapándome hasta los huesos en segundos. No me importó. Seguí limpiando e

golpearme. Un gran paraguas

io estaba teñida de preocupación, con un filo agudo de

rostro que había amado más que a la vida misma, era una máscara de preo

ro traje sin importarle el lodo-. ¿Estabas pensando en

rme, su tacto s

baño caliente. Tú y el bebé nec

z instantáneamente tensa. Habló en un español rápido y fluido, un idioma que pensó que nunca

spertó? ¿E

í se desvaneció, reemplazada por una energía

s en la mano, sus m

uí. Enviaré

jada, su atención centrada por completo en llegar a su camioneta, en ll

e mí. Y entonces, un sonido escapó de mis labios. No fue un sollozo. Fue una risa.

la original. La imitac

o acunando instintivamente mi vientre. Tropecé una, dos veces, mis brazos agitándose en

iera ser un legado para una mujer que me despreciaba? ¿Un reg

ba aterradoramente clara. Las fotografías en la pared, las partituras en el piano de cola, el ar

entumecidos mientras tomaba m

voz plana y desprovista de emoc

sica que me había ofrecido una beca completa hace t

todo el día-. Me gustaría aceptar mi luga

había t

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