El Precio del Amor Silencioso
Elisa
s y metiéndolas de nuevo en sus frascos, ocultando las etiquetas de su mirada penetrante. Mi ve
emblando mientras metía todo de nuevo en mi bolso. Me n
, el que podía leer cada uno de mis pensamientos. Luego, la máscara de indiferencia volvió a su
na Kenia dormida en sus brazos. El pequeño rostro de Kenia estaba en paz, sus
¿Después de todo? -Sacudió la cabeza con incredulidad-. Recuerdo que cuando empezaron a salir, manejó cinco horas
una punzada ag
ho tiempo, Sofía.
enes que decírselo. Dile que Kenia es su hija. Nunca
de náuseas
pu
r qu
s sabían a veneno-. Tiene una esposa. Un hijo
mujer cuya familia había destruido la nuestra. Una vida donde ella sería un recordatorio constante e inoportuno de un pasado
mago-. No la querría. No de mí. Su nueva esposa... nunca sería amabl
morir antes que
El mundo se inclinó, el pasillo se convirtió en un remolino de beige y blanco. Vi los
cardíaco. Sofía dormía en la silla junto a mi cama, su rostro marcado por la preocup
ra de mi habitación. Un niño lloraba, un lamento
Ke
té la delgada manta del hospital
n salto-. ¡El doctor dijo que necesitas descansar! K
de sus sollozos hasta una pequeña sala de espera, donde se había reunido una multitud. En el
ami! -gritó un niño pequeño, señal
hacia la señora embarazada! -añadió una muj
iosos, mi corazón martille
Ke
raje a mis brazos, a
mi amor. Mam
ia en mi hombro-. Me trope
iar y fría co
tá pasan
aba allí, y aferrada a su brazo, pálida y frágil, es
adamente en él-. Esa niñita... corrió directame
ente peinado de Adriana. Me estaba mirando, su expresión ilegible, y lue
a Ke
curo de su cabello, la terquedad de su pequeña barbilla. Se vio a sí mism
de su mirada, de la verdad que de repente, ate
ridad -dije, mi voz temblorosa pero
do me miró, la máscara de fragilidad se deslizó. Vi u
e incredulidad y odio-. Elisa
titud, su voz elevándo
ción tóxicos! ¡El hombre que mató a mi tío! ¡Arruinaron a mi fam
sus miradas, su juicio, quemándome. Cubrí los o
orar, aferrándose a
stá tratando de vengarse! ¡Hizo qu