Sacrificó todo por un hombre desalmado
ta de Bárbar
ada, sujetándome. Me metieron un paño grueso en la boca, ahogando mis gritos en gemidos patéticos y desesperados. Me
nto que me envió una nueva ola de terror. Era un dispositivo de electrochoquesde toda emoción-. El voltaje es bajo. No ma
viosa a la vez. Mi cuerpo se convulsionó violentamente, cada músculo gritando de agonía. Luego otra inyección, otra ola de tormento. El ciclo se repitió,
mi propia suciedad, cuando la puerta se abrió. Karla Gómez entró deslizándose
. Mira a la gran Bárbara Villarreal. No tan altiva ahora, ¿verdad? -Me pateó enton
nos de un odio escal
iado fácil. Solo quiero asegurarme de que tu pequeño monstruo
cones más profundos del instinto protec
as palabras sabiendo a sangre y bil
torsionó en una
su preciada firma pudiera prosperar. Tuvieron lo que se merecían. ¿Y Dante? Siempre estuvo destinado a ser mío. Me ama. Mientras a ti te
u voz un susu
nunca ganarán c
as buscando su garganta. Pero justo cuando mis de
rostro un lienzo de
y atrayendo a Karla en un abrazo protector. Caí al suelo con f
y rozada de mis muñecas. Por una fracción de segundo, vi un destello de horror en sus
enzó a sollozar, un lam
! ¡Intentó lastim
, una risa amarga y ro
de lágrimas a mi forma devastada en
a portado mal-. Sé que estás molesta, pero Karla está embarazada. Tienes qu
sco a su hipocresía. Me reí entonces, un sonido crudo y desquiciado que
mi voz goteando desprecio-. Tiene
llena de odio que parec
Espero que vivas una vida larga y mise
olor genuino en sus ojos. Me levantó
cabrón. Perdóname. Por favor, perdóname
abitación, del hospital, y de vuelta a la jaula de oro que llamaba nuestro hogar. Mi mente e