Perdimos a nuestro bebé, encontramos su traición
Torr
mesí que se extendía por la tela pálida de mi vestido. Mir
ué estás sangran
rpo se sentía como un peso muer
-jadeé, las palabras apen
amila desde un lado-. Probablemente s
ecepción cruzó e
voz plana. Ya había aceptado la exp
n mi abdomen, robándome el alien
azo, tratando de
asa, luego regresaré.
arme como un paquete y v
ios está pa
entrada de la galería, su rostro una mezcla de confusión y pr
luego se desviaron hacia la sangre. T
rodilló, su voz urgente-. ¿Llamaste a la doctora? Dijo que si el s
ardían con una furia qu
en reposo absoluto. ¡Está embara
ilencio. Se podría habe
a mí, su boca abriéndose
bra sonaba extraña en su lengua
suavemen
? -replicó, su voz goteando desprecio-. ¡Ahora ll
paredes blancas de la sala de urgencias, el gel frío en mi estómago
era sombrío cuando re
con una compasión que se sentía a un millón de kiló
nido de pura agonía fue arrancado de mi garganta. Las lágrimas llegaron entonces,
tor-. No, revise de nuevo. Llevamos cinco años intentándolo. Ci
Dante, su expre
a su esposa embarazada, que ya estaba experimentando
ran abofeteado, todo el color desapa
s llenos de un arrepentimie
nto mucho. Podemos... po
nquila a través de las lágrimas-.
pletamente d
nte. ¿Por qué no me dijis
a y rota escap
stro aniversario? ¿Cuando le comprabas joyas a otra mujer? ¿Cuan
corazón un abismo
ra demasiado bueno para nosotros. Dema
iera de acuerdo. Pensé que se sentiría aliviado de ser
í, en silencio y pálido.
a firmar nada. Llevamos cinco años cas
omo la tumba-. Ahora, por favor, vet
spital. Regresó veinte minutos después con una grasienta
lo primero que le conté sobre mí en nuestra primera cita.
la le gustaba su latt
za, rechazan
isa -suspiró, su pac
e que cada restaurante al que la llevas lo sepa. Llevas un EpiPen para ella en tu
do y vergonzoso. Murmuró algo sobre tra
rmo. Desenroscó la tapa, y el cálido y reconfort
to a tiempo para ver a Jael dándome c
cureció en un c
-