Perdimos a nuestro bebé, encontramos su traición
Torr
uedó hasta que me instalaron en una habitación, encargándose del papeleo
regándome un vaso de agua. Su voz er
el movimiento se se
orciarme d
l aire estéril entre nosotros, sorpren
en sorpresa, pero no
acue
da necesidad de disculparme por arrojarle mi desastr
sonrisa asomando en sus labios-. Descansa u
*. Una risa amarga burbujeó en mi garganta. La última vez que estuve en el hospital por una cirugía menor, D
. Era él. Una foto de un delicado coll
iz aniversario, mi
eranza se encendió en mi pecho. Quizás se sent
etuvo sobre el perfil de Camila Wong. Su última historia, publicada hacía solo cinco minutos, era u
su meta de recaudación, ¡todos reciben un regalito! ¡
su equipo directivo, y estaba tratando de hacer pasar uno como
Camila. Seguro que le en
onara dos veces antes de contestar, mi c
ue significa eso, Elisa? -
e eso para todo tu equipo, Dan
es aceptar un regalo con elegancia. Tienes una tarjeta de crédito sin lí
sta de lujos que él proveía. No recordaba el pequeño y destartalado departamento en el que empezamos, los dos trabajos que tuve mie
o una bolsa de comida para llevar. El ol
as tener hambre
e se volvió venenosa-. ¿Hay un
el hospi
vez? ¿Un dolor de cabeza? ¿Un dolor de estómago? H
locando una mano protectora sobre mi vientre. *Cero estrés*, habí
-dije, con la
no te at
presionando el ícono rojo co
nsajes de texto sig
s acostando co
lo que te he dado. Ma
NTESTA EL
aparecido. Pero miré el caldo que Jael había traído,
spedida fueron un severo recordatorio de que me lo tomara con calma
ije, mi voz ahogada por l
lo -respondió
hielo y me había torcido el tobillo. Llamé a Dante, que estaba a solo diez minutos en una reunión comunitaria, para pedirle que me llevar
lujoso asiento de piel, una nueva ola de dolor me invadió. Un casi extraño
rar la puerta, un coche familiar f
nt
tonto, pensé que había venido porque estaba preocupado. Pensé que tal vez había revisado
ero y tu ropa está por todo el suelo del cuarto. Tengo un evento de recaudación de fondos esta
ontraído por una molestia mezquina. Me estaba regañando por no hacer las tareas del
ilo de esperanza den
no has podido darme un hijo en cinco años. Lo men
profundo que se sentía como silencio. Tod
de tener todo lo que siempre quiso. Y acababa de de
corriendo mi pulsera del hospital con impaciencia des
so protector h
esta
brazo, deteniéndolo.
Dante, agarrándome del brazo-.
e metiera en el suyo. La lucha se había extinguido en m
a voz plana, mientras él salía a
a en la Gala de las Artes -dij
-