Ya no es April Mayo: El regreso de la heredera
io corporativo por una casa sencilla, al lado del hombre que me
e otra mujer. Llamó a su aventura una "fusión de empresas", pero los titulares c
a embarazada del "único heredero legítimo". Delante de todos, me ofreció un trab
, se quedó a su lado y no dijo nada mientras
z temblorosa, y me hizo una pregunta que
tener un bebé... e
istiéramos a su fiesta de compromiso, donde él empujó a nuestro hijo al suelo y lo
o, salí de esa vida para siempre e hice la llamada al imperio que hab
ítu
Cárden
con el aroma del perfume de otra mujer. No era barato ni corriente. Era caro. Jazmín y r
asco, el brillante CEO de una empresa tecnológica en ascenso, y nuestro hijo, Dante. Pero antes de eso, yo era Abril Garza-Sada, la única heredera del
sentía como una tumba que
aban en mi mente, un dolor fantasma que nunca pude quitarme de encima. "Él no es de los nuestros, Abril. Su dios es la ambic
nas. ¿Dónde estaba la heredera despiadada ahora? Se sentía como un fantasma, una historia que contaban s
del pasillo. Se movía con una confianza silenciosa que una vez había acelerado mi pulso. Ahora,
mi lado, sus dedos apartando suavemente un mechón de cabello de mi mejilla
oz un murmullo bajo e í
s una hora antes. "¿El magnate tecnológico Emilio Velasco y la socialité Sofía de la Torre: una unión hecha en el cielo de las fusiones?". El artículo iba acompañado de u
o. Estaba en su cabello, en su piel, impregnado en la t
con el pretexto de finalizar la fusión entre Innovaciones Velasco e
revolviera en sueñ
da de un asco que solo era parc
día sentir la tensi
con Sofía se alargan. Ya sabes cómo e
facilidad. Sofía. No la s
stello de vergüenza en sus movimientos. En unos minutos, volvería oliendo a mi jabón
dependiente de la influencia y el poder de otra mujer pert
recogido, bendecida con una vida tranquila que no merecía. Nadie sabía que yo era la mujer que
os duros de su pecho. Seguía siendo guapo. Devastadoramente guapo. El mismo hombre que me había sacado de los restos d
había patinado en una placa de hielo y se había volcado. Él había sido el primero en lleg
as. Recuerdo la fuerza bruta en sus hombros, la intensidad en sus ojos oscur
oche, su voz espesa con una posesividad que
o sería su única pareja, la madre de sus hijos, la muj
tó atraerme a sus brazos. Pero el fantasma del jazmín y las ro
murmuró, su aliento
Estoy c
Ese hombre se había ido, reemplazado por e
puerta principal rompieron el tenso si
un sonido de p
date
abriéndose, y luego la voz baja y urg
la señorita de la Torre se ha sent
re se m
e Emilio, sin dudar, sin pensar
para
n, poniéndose una cami
n. Le dan unas migrañas
hablando de una socia de negocios. Pero el
a, y soy el único que sabe cómo masajear
, un destello de culpa
te des cuenta, Abril
n nuestro hogar, mientras él iba a consolar a otra mujer. Espera
le di una pequeña y tensa sonr
Tómate t
isa y pensó que era aceptación. No vio el hielo formándos
lic, dejándonos a Dante y a mí en el silencio
que yo
o volvería a esp
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