Juntos resurgimos de las cenizas
ista de Gl
saje de Kael o Carlos. Ni flores, ni llamadas, ni preguntas sobre nuestro bienestar. Era como si las hermanas Garza hubieran sido extirpadas quirúr
eleo cuando lo vi. Carlos. Corría por el pasillo, su rostro grabado con preocupación, un ramo de
e la puerta dec
seguimos, manteniéndonos en las sombras del pasillo. Vimos cómo se desli
, luciendo radiante. Y a su lado, Kael mecía s
ándose a la mano de Kael-. Dar a luz fue lo más di
ndo las flores en su mesita de
í. Nos encargaremos de
rfecto y repugnante de felicid
o. A mi lado, Ximena hizo lo mismo. El dolor fantasma de nue
Ximena, mis uñas cl
rando de ella antes de que el grito q
Mendoza. Oficina de mi abogado. Mañana a las 10 a.m. Preséntate para firmar los papeles. Si no lo haces, solici
Y otra vez. Siguió una avalancha de mensajes de texto furiosos y exigentes. Apagué
iscalía General de la ciudad y presentamos una denuncia oficial por el atropello y fuga, detall
ó nuestra declarac
ria. ¿Por qué esperaron t
amarga se
lviéramos nosotras mismas. Estábamos en el hospital, oficial. Solas. -Deslicé un archivo sobre el escritorio-. Ya s
aron con simpatía.
una investiga
Se parece a su papi, ¿no creen?* El mensaje había sido enviado a un chat grupal que incluía a la mitad de la élite de la ciudad. La
ijo, mientras el mundo ignoraba que el
llama limpia y
noche, había treinta y siete llamadas p
era hablar-. Fui a la casa. Está vacía. Sacaste tus cosas. ¿Q
ingún jue
a Ximena? No contesta ninguna de las llamad
estado escuchando en altavoz, me arreb
esa víbora manipuladora que llaman hermanastra. Casarme contigo fue el error más grande de mi vida, pero es uno que estoy a punto de cor
tamente bloqueó
a puerta. Era Florencia, sosteniendo a su recién naci
a en una dramática muestra de remordimiento-. Todo esto es mi culpa. Los chicos... es que se preocupan tan
ctima. Intentando manip
i expresió
u permiso para divorciarm
se detuvieron. Sus o
ue volvamos a
igrosa-. Deja de hacerte la víc
uertas se abrieron, Florencia soltó un jadeo teatral, se agarró el pecho
lorencia en el suelo y a mí de pie sobre
ue perdí el equilibrio y me estrellé contra la par
leto, corriendo al
n? ¿Te lastimó? ¿
staban ilesos, se volvió hacia mí, s
plano, no embarazado. La furia en sus ojos se transform
ndo por primera vez-. ¿Dónde está