La traición del amor: La hija invisible
el microchip embo
estaban firmes, pero un profundo cansancio se había instalado en
so una mano
esta noche. -Ya estaba pensando en Javier-. Tenemos qu
imera vez, una grieta genuina apareció en su compostura-. Ar
bien. Esto es clásico de Katia. Hace un numerito, entramos en pánico, obtie
er
ono final-. Llamar
a casa, una inundación repentina me había atrapado en un paso subterráneo. Mi teléfono estaba muerto.
siguiente, empapada y te
e, torcido por la furia. No preguntó si es
bofe
el golpe me hizo ta
ema que has causado? ¡Estuvimos despiertos toda la noche!
la inundación, pero las palabra
de él, con los brazos c
do, Katia. Este comportamiento es in
, Javier observaba, un destell
que me creyó. Les gritó a mis padres por teléfono, pero no sirvió de nada. Para ellos, yo había me
blecida. Yo era la menti
ían. Esperarían a que regresara arrastrándome, con la cola entre las piernas, li
an para
de una hora después. El
a voz del técnico crepitó por el altavoz en la oficina de
? -exigi
omo 'Katia Ochoa'. Pero el nombre d
encio llenó l
o? -preguntó Di
. Lo había alimentado durante semanas, usando mi mesada. Le puse Buster. Le puse un chi
se enteraron, se
? Absolutamente no -había decl
xibles. Me hicieron llevarlo a
erro muerto era lo único qu
el chip? -preguntó A
do 'Patitas y Garr
sus grabaciones de seguri
, vi miedo real en sus ojos. No mi
o po
y champú para perros. El dueño, un hombre mayor de rostro ama
ostraran mi foto de la escuela-. Una niña callada.
sacó uno. Era sim
Para un perrito, dijo
el collar. Su
seguridad de ese día?
eño a
stá to
ento. El moment