El infierno en su mirada, el cielo en su beso
urante la universidad y soñaban con cas
su primer empleo, él la traicio
carse. "Gabriela, me importas, pero, siendo honesto, el dinero pesa más para mí. Ya somos adultos; no podemos vivir solo de am
á que pagarla mi familia. Ya no es solo responsabilidad del hombre; las mujeres también tienen que aportar. ¿Y tú qué ofreces? No pu
devastada, convencida de qu
tal como era, todo cobró sentido. El p
sa para asegurarse una vida fácil, mi
ía ahogado sus penas en alcohol, lo que la
haber sido tan ciega. ¡¿Cómo pudo permitir que
la medida. Se había convertido en un farsante refinado, y su antiguo
arde?", preguntó él. "Phyllis no ha pegado ojo esperándote, ¿sabes? Eres
a carcajada ante lo ab
propia
re todo, a la pequeña Gabriela, que entonces tenía solo ocho años. Le suplicó que cuidara de su hija. Así fue como la fa
había convertido en una ex
gnoró. Cuando intentó entrar, él
s está tan preocupada por ti?". La repre
el tiempo", respondió Gabriela,
esperando a alguien sin llamar o enviar un mensaje? Todo era
que no ten
lpa, ¿y aun así te niegas a agradecerle su amabilidad? ¿Tan difícil es mostrar un poco de afecto a tu
"Ve a disculparte con Phyllis. Y de ahora e
re y entró en la casa, negá
, con un brazo sobre la frente como
temblorosa por una fingida preocupación. "¡Gabri
ro ensombrecido por el cansancio, y
. "¿En serio la tratas con esa frialdad? No pudo
conciliador. "No culpes a Gabriela, Dustin. Tiene tod
tiene la culpa", dijo con voz baja y protectora. "Si estás molesta, desquítate co
fría como afilada. "¿Así que no puedes dormir?", preguntó. "Eso suena grave. Deberías ir al médic
ima palideció. Los ojos se le llenaro
do. "Tú amaste a Dustin durante tanto tiempo... Entiendo lo mucho que debe d
irritado. "Gabriela, nunca imaginé que pudieras ser tan ren
gerada. "No seamos tan duros. Pobre Gabriela, quizá nunca encuentre a otro hombre tan extraordinario como tú. Tendrá qu
e pasar la noche con alguien como Brenden. No es que le gustara,
ivel; no tenía energía par
abitación y le echó el seguro a la puert
la cama y se quedó mirando al techo. El torbellino de los últimos días
eocupaciones no la dejarían dormir. Sin embargo, el ago
cudió la tristeza, decidida a recuper
ió a su lado, con un brillo pícaro en los ojos. "¿Oíste la notic
la se disparó. "Es
recía sonreírle y las cosa
l señor Moss. Lógicamente, solo él pudo haber arreglado su traslado". Añadió,
lo tenía por me
llegó. De pronto, recordó que había dejado algunas cosas
con la voz cargada de tensión: "¿Sa
erar sus cosas antes de que él desap
irá en cualquier momento", murmuró Aub
sa y salió de allí, dejando atrás a Aubrey. Sacó
n él, ¿no?", comentó una voz gé
embló y por poco se l
rza, y se encontró a Wesley de pie en la entrada. ¿