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El infierno en su mirada, el cielo en su beso

Capítulo 3 Un hombre difícil

Palabras:1164    |    Actualizado en: 12/09/2025

a ciudad, tiñéndola d

flejaba en su tenso rostro. Brenden no le había dado noticias sobre sus pert

staba esperando exactamente? ¿Acaso pretendía

encuentro de la noche anterio

, pero la ansied

deraba afortunada de haber conseguido una pasantía aquí. Hacer eno

repasaba mentalmente fragmentos del prot

tranquilizarse; incluso intentó calmar

futuro en Grupo Apex pendía de un hi

bía sido ella misma quien tropezó y cayó en sus bra

esignación inerte. Finalmente, el golpeteo firme de unas suelas de cuero reson

oras?". La voz despreocupada de Brenden, fría y pausada, romp

orzándose por mantener la compostura.

reguntó: "¿En serio me

no lo

uesta cortés, pero Brenden la interrumpió con un t

mativos. Parecía dulce y delicada, la personificación de la belleza apacible, pero

spués del evento de la empresa? ¿Q

esa", soltó ella con la mandíbula apretad

ien a sus empleados, ¿y si ac

n el pasillo. Gabriela se giró y vio a Wesley. Alto e increíblem

las luces. Ni la sonrisa más arrogante podía opacar su atractivo

sola presencia bastaba para opacar a cua

tido ante la evidente fascinac

u primo. Incluso Gabriela, la belleza más dista

ón la devolvió

esión prohibida. Y ahí estaba ella, mirándolo embobad

rar sus cosas de manos de Brenden. Volvió a centrar su a

abra más, la voz de Wesley cortó la

renden supo que era mejor no discutir. Asinti

lo con Wesley, con el corazón latiéndole tan fuerte que

ro su mirada gélida la hizo preguntarse s

bró. Al ver que era su novia, se despidió de Wesley con un gesto

lizó en el asiento del conductor y ce

xhaló, inundada de alivio.

tan intensa que apenas se a

el carro bajó. Esos ojos, oscuros y escrutadores,

abriela respondió: "Oh, tom

ó el ceño

sa era impensable. Sacudió la cabeza rápidamente, levantando las manos en un ges

n indescifrable que un escalo

rasera del auto. La distancia era seguridad, y en es

z del otro, fría y afilada, cortó el s

riela se le encogiera el corazón. Avergonzada, cerró la puerta trasera y se des

to. El rostro de Wesley se mantuvo gélido, con la mand

rza que sus nudillos se pusieron blanc

ue él era, sencillamente, un hombre difícil, co

a decisión: de ahora en adela

areció a punto de decir algo, pero tras un momento de

ajó del auto, él conservaba esa

, una mezcla de frustración y un

había pedido que la llevara; entonc

cuando, en ese preciso instante, vio a su exnovio, D

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