El infierno en su mirada, el cielo en su beso
n que ellos sostenían en voz baja al otro lado del salón. Ignoraba por completo que el hombre co
rsaba animadamente con Wesley, Gabriela si
ocupaba todavía más que Brenden, el conocido coqueto de la empresa, dijera algo inoportuno frente
currió y el retiro corporativo c
uedó rezagada, con los músculos aún resentidos por la intensidad de
una seña con la mano.
ús. La voz de Wesley, cargada de impaciencia, romp
saltada. ¿Por qué estaba Wesley en el autobús? ¿Ese tono cortante
sante. Al director general no po
to a Wesley, con el rostro encendido por la esperanza. Él le sostuvo la mirada con frialdad
livio al comprender que las palabras
a, se acomodó con torpeza junto a Aubrey, ocu
ubrey protestó: "Ese as
o? ¿Acaso el asiento tiene grabado su nombre? Este es el autobú
bula, con una furia e
. Por un instante, Gabriela consideró bajarse del auto
inante, la clavó en su sitio. "¿Y
una pieza, completa
stando solo porque ella h
idia y otros lanzándole miradas de compasión, finalmente tomó asi
se inclinó hacia ella y preguntó: "¿
entros, pero jamás se atreve
se momento, el rostro de Wesley, con sus faccione
más probable era que se quedara sin tr
y le sostuvo la mirada inescrutable. "Para nada, señor M
clinó en el asiento, cerró los ojos y proyectó una frialdad tan
nsiedad, Gabriela i
la suerte no es
a noche de borrachera. Ahora, para rematar, regresaba a casa sentada junto al mismísimo director gener
on el fresco aire matutino. Por un breve y dichoso instante, la vida pa
uriosidad. "Dime, ¿cómo fue en real
sible: "Como una niña traviesa a la q
dida, su compañera i
tral. "¡Porque no me atrevía
r más, se alejó a toda prisa, lanzándole una mirada tan afligida qu
una nueva solicitud de amistad en WhatsApp de un contacto con un nombre extraño, una co
reció de nuevo. Esta vez, venía acompaña
rdar si de verdad había olvidado algo.
mensaje, pero entonces un des
n la habitación de hotel de
l estómago. ¡Se
solicitud de amista
unta, aceptó y escri
que llegara una respuesta. "Darte u
e Gabriela d
se sobre Wesley? Eso explicaría por qu
ra el tono: no parecía el de Brenden,
día ser,
e dientes, burlándose de su propia paranoia
eñor Saunders, sobre lo de anoche... todo fue
a. Presa del pánico, borró el mensaje y lo intentó de nuevo. "Señor
tras su imponente escritorio. Apretó la mandíbula al leer el mensaje de Gabriela.
que él apretaba los dientes al otro lado de la línea. Se le h
obstinadamente en bla
de Gabriela: tenía que ser Brenden, j
tenía derecho a enfadar
mpre era la mujer la que
a contraatacando, persiguiéndolo sin
ndo, no era t
os dedos temblando, escribió: "Señor Saunders, ¿c
helada y tajant
a la chica tambaleándos
¿Pero cuán
an ido por el resto del día. El autobús los había d
e encontró sola en el vestíbulo, cuyo silencio y
allí, esperando a un hombre que claramente