Su Cruel Obsesión, Su Agonía
nte ella, su rostro un
harías algo tan vil? Pens
con una tristeza fingida
biando, volviéndose duro y frío-. Necesitas ap
esto a lo
óte
espalda. Sofía se mordió el labio para no gritar
acable de dolor. Su piel se abrió, sus músculos gritaron,
ina de agonía, lo es
voz un murmullo distante-. Estoy
usurro déb
o lo
alabra, dejándola con l
pequeño rasguño en su brazo y se había enfurecido, amenazando con destruir a la persona respons
lor, un extraño frío y cruel con e
o. Lágrimas de rabia y desesperación corrían por su rostro. Nunca
ó, él estaba allí, sentado en un tabure
us labios. Cada centímetro de su cuerpo
a violencia, luego el arrepentimiento-. Sé que esto es difícil. Una vez qu
orporó. Metió la mano en el bolsillo de s
u voz un susurro cr
comiso, que le otorgaba una parte significati
ías en mí, Damián -dijo-. Que to
estaban fijos en ella, llenos de una necesidad deses
voz espesa por la emoció
tud en sus ojos. Su calma, su plá
a un abrazo gentil, c
, acariciando su cabello-.
pasivo, su mente a un millón de kil
ideicomiso. Era un acuerdo de divorcio irrevocable y una tra
sus risas y gemidos resonando por la mansión. La llevó a los restaurantes favoritos de Sofía,
s. Necesitaba despedirse. Mientras estaba de pie ante sus lápidas, una ll
detrás de ella
ella, una sonrisa cruel en su rostro-. ¿O
oliendo con una pena demasiad
un siseo rencoroso-. Me dijo que solo está contigo
igo -dijo Sofía, su voz plana-. Que
con fuerza. Sofía tropezó, sus pies resbalando en la hierba mojada. Cayó hacia atr
se volv