La heredera traicionada: El engaño de un esposo
los ojos. El techo era de un blanco estéril, el pitido de una máquina un ritmo cons
avés de la puerta entreabierta de su habitación, p
a enfermera-. No se han separado de la señorita K
desaparecida, está en esa habitación
enfermera
la verdadera heredera. La
y amargo consuelo. Su identidad a
ado del pasillo, en una suite de lujo privada, los vio. Camilo y Andrés flanqueaban la
za -se quejó Brenda, haci
a de tierna preocupación. Tomó una
un vaso de agua, como si fuera una niña preciosa. Andrés le ahuecó suavemente las almohadas.
s de Alana al otro lado del pasillo. La máscara de fragilidad cayó por una fracción de segundo,
do? ¿Había sido su amor tan superficial, tan fácilmente transferido a la sigu
lo de plata. Era lo único de su antigua vida que sus captores no le habían quitado. Su única ancla. Hundió la car
Andrés la visitaron solo una vez. Se pararon torp
ina -dijo Andrés, con tono en
n decir una
s. Una foto de un salón de baile lujosamente decorado. El pie de foto decía: "¡Qué conmovida estoy de que Camilo y André
a. Por s
gruesa manta de cosas no dichas. Recordó una época en que cualquier silencio entre ellos se habría llenado con su charla juguet
iándola, con una extra
e pero inflexible-. Una fiesta conjunta. Para dar
on con los de ella en
iar la fecha d
to. Un regalo que le estaba otorga
ada, ocultando la
gra
itaba su
etrás del escenario mostraba una presentación de diapositivas. Era un montaje de los últimos cuatro años. Fotos de Camilo y Andrés en eventos de caridad, en viajes de negocios, de vacaciones. Y e
ma en su propia fiesta de bienvenida. El centro de atención era Brenda,
de los invita
arza? No se ve tan
cia especial. Ella y Camilo
Me pregunto qué le pasó realmente t
contra ella. No podía soportarlo. Se dio la vuelta y huyó,
el segundo piso, escuchó
on dejarla escapar? ¡Le
, de espaldas a Alana, su voz despojada
etencia! Ahora ha vuelto, llenando la c
ligeramente, volvi
la policía no hará nada. Pero necesitan mante
boca para ahogar un grito ahogado. La al
viéndose frío y cruel-. Encontraré la manera d
atisfacción en el rostro. La sonrisa se desvaneció cu
encia que Brenda llevaba tan bien finalmente se hizo añico
tenías que volver? ¡Lo tenías todo! ¡El dinero, la famil
Las yemas de sus dedos se clavaron en sus palmas, el dolor agud
a, su mente singular y enfocada. Tenía que escapar. Tenía que l
cadenada si era l