La heredera traicionada: El engaño de un esposo
milagrosamente a casa, solo para encontrar a su prometido, Camilo Suárez, y a su her
o delirios postraumáticos. En lugar de encontrar consuelo, Alana fue
reyendo cada una de sus mentiras, e incluso enviaron a Alana de vuelta al mismo complejo de trata
e manipulados por la dulce fachada de Brenda? ¿Por qué las
o de su renovada pesadilla. Luego, con un último y desesperado acto de desafío, le prendió fuego al complejo y saltó desde un acantilado, usa
ítu
ro años siendo un fantasma, una propiedad intercambiada en la oscuridad. Ahora, la libertad era una bocanada de aire húmedo y
do señas al primer coche que vio. La conductora, una señora mayor de
e habitaciones en penumbra. Un oficial le puso suavemente una manta sobre los hombros. Les di
heredera desaparecida de los Garza había sido
de la pequeña sala de inter
Al
mente impecable, estaba arrugado, su rostro marcado por el agotamiento y la incredulidad. Detrás de é
u mundo. Los dos ho
un abrazo feroz, s
a. Dios, e
ante ella, su voz ah
jamos de buscart
de Alana, gotas calientes de aliv
z ronca-. Era un complejo, una a
a a los monstruos que la retuvieron. Empezó a darle al oficia
una mano en el brazo
mos de aquí. Ya estás a salvo.
cambiando del alivio a una es
nuestra gente se encargue. No hay necesidad de involucrar...
concierto l
que arrestar
o, una voz suave vi
¿Andrés? ¿
una muñeca frágil con su sencillo vestido blanco, sus manos entrelazadas nerviosamente. Brenda, la huérfana
Alana -dijo Brenda, con la voz temblor
o. Un recuerdo, nítido y brutal, cruzó su mente. Una habitación oscur
jo que te tratáramos bien. Brenda quiere
o, dando instruccion
us pulmones. Su mano se disparó, su dedo tembl
ist
ión quedó
ndo sin control-. Escuché su voz. El
dureció. El ceño de André
-El tono de Camilo ya no era d
aron de lágrimas. Se encog
do. Alana,
desgarrando su garganta-. ¡Ella lo
ó, su postura protectora ahora dirigida a Brenda-. Alana, has
un pequeño y mugriento trozo de tela en su mano, arrancado de la ropa de uno de sus capto
azo de prueba tangi
tar físico. Lo miró, luego miró el rostro de Brenda bañado en lágrimas. Sin decir una
irando, con el c
é hi
Se volvió hacia el desconcertado oficial-. La llevaremos a
al horrorizado de Alana, y finalmente solo a
cabeza. La traición era un abismo
n los ojos llenos de decepción-. Mírate. No eres la misma. Vuelves y ataca
al impaciente de su prometido. No estaban viendo a una so
echo. Las lágrimas se detuvieron. El tembl
, su voz baja pero firme-. Y h
era. La heredera mimada que recordaban estaba
sus palabras resonando en su memoria. Cada vez que la devolvían, el castigo era peor. Le rompían los hues
florecía en su pecho a
en los brazos de Andrés. Luego se posó en Camilo,
por la frustración-. Brenda no ha hecho más que cuid
upió Alana, las palab
, sus dedos clavándose en el hueso-. Desapareciste por cuatro años, ¿y así es c
ro no fue nada comparado con la agonía en su corazón. La
ue me lastimó!
s la
de una v
¿Una niña? Había sobrevivido a horrores que él ni siquiera podía imaginar. Había salido
argo, aquí estaba, siendo castigada. Su lucha por la justicia es
a y dolorosa as
bien -
e suavizó ligeramente an
ana
a suave, un bálsamo venenoso y tranquilizador. Tomó suavemente su
o tenía límites estrictos con otras mujeres. Apenas toleraba los abrazos amistosos. Ahora, dejaba que
Brenda era la enemiga. Y esta red de tráfico, ya fuera Bren
no podía luchar contra ellos ahora. No así. Ellos tenían tod
voz desprovista de emo
un doloroso recordatorio de una vida que ya no existía. Él solía traer a sus chefs favoritos de todo el país solo para cocinarle una sola comida. Había cancelado tratos mil
ro de su universo. Ahor
as de su cuerpo palpitaban,
onfortantes. Su presencia llenaba el coche, haciendo qu
Alana abrió la puerta, desesperada por aire. Se apresuró a
abían desaparecido, reemplazados por un gris minimalista y frío. Los muebles eran diferentes. Una colonia de hom
acercó p
s de... bueno, podemos preparar
a mezcla perfecta de dulzura y martirio-. Alana puede tener mi habit
reció sor
habit
nrió con
mos sus cosas all
Brenda con una expresión de profundo afecto-. Esa e
acia Alana, su to
. Brenda se va a Londres pronto para la universidad. Pue
los ojos de Brenda antes de que se o
os vacíos. Él vaciló, un atisbo de culpa cru
oz plana. Solo quería estar sola. Quería encontrar
tiende -dijo C
hacia la habitación donde guardaban muebles viejos y cosas
olvorienta. Las cajas se apilaban ha
ptop sobre una pila de cajas. Su vieja