icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

Su Heredero, Su Huida

Capítulo 6 

Palabras:1082    |    Actualizado en: 19/08/2025

los signos de mi violento arrebato borrados. Un médico estaba

nsípido-. Tuvo un ligero mareo. Es común durante

o una máscara de preocupación. Era una ac

a ambos. El entumecimiento era un escudo, l

stal vino a mi habitac

n atreverse a acercarse más-. Lamento si lo

pa. Era una vuelt

a la miré.

asillo. Él le hizo un gesto con la cabeza, y ella se fue,

ficó en mi mente. Ya no era un deseo desesperado;

apel que él esperaba de mí

a comida que me trajo. Cuando hablaba

oso recordatorio de tiempos más felices. Le pregunté si podía venderlas, para h

ición, de mi aceptación de mi nu

lo-. Una idea maravillosa. Demuestra que finalment

s aretes. Solo conservé mi simple anillo de bodas. El dinero fue transferido directamente a

mpresa en su superyate, el 'Amelia'. Lo había nombrado así en mi honor dura

o -dijo-. Es hora de que le most

osa feliz, me hacía sentir enferma. Pero entonces me di cuenta, era la oport

-dije, forzan

do simple y elegante, mi mano descansando sobre mi pequeño vientre de embarazada. Damián

es de Damián que siempre habían sido amables conmigo. Me acerqué a ella

-dijo una de ellas, una m

sto era un adiós-. Solo quería decir..

pudiera preguntar a qué me ref

en la panta

chó por un momento, su e

unté, mi voz cuid

ra-. Krystal... está teniendo una especie de ataque de

su mente claramente ya en otro lug

-dije, mi voz suave.

ecesita. Estarás bien aquí. El capitá

o en la mejilla. -Lo siento, Ame

romesa

a mirada, dejándome sola en medio de su

finalidad invadiéndome. Esta era

nquilidad. Mientras me apoyaba en la barandilla, observan

capitán, viniendo

equiv

pulentos salieron de las

er? -preguntó

me. El otro me tapó la boca, ahogando mi grito. Me arr

o cuando uno de ellos me golpe

ó el hombre, su aliento caliente y fétido contra

insoportable. Sentí una sensación cálida y

uñó el otro hombre, torciéndome el brazo detrás de la espalda-.

ystal. Había orquestado la caída de su familia, de la misma manera que había orques

jo mis pies. Me derrumbé, el mundo disolviénd

os. Gente corriendo. La f

voz de Damián, frenética y ate

erente, un paramédic

El bebé... no creo que e

a según

Obtenga su bonus en la App

Abrir