Su Amor Cruel, Mi Corazón Roto
necesitaba quedar
ñorita Montes. Tiene fiebre a
a su lado, su rostro
al límite. Nec
ombre con un rostro tan frío como el de su
ecesita. La señorita
e detuvo por
ar
a vu
mi fiebre ni mi herida infect
a espera en el ae
sta. Cada músculo me dolía y mi cabeza daba vueltas
era frío, cortando mi ropa
jet privado, y una mujer de cabel
Eliz
risa en su rostro era una que nunca había visto antes. Era
había desaparecido. En su lugar hab
voz de Clara era dulce como la miel
su voz densa por la emoción. La besó prof
a solo parte del paisaje. El dolor en mi hombro era una punzada sorda en comparaci
. Me miró de arriba abajo, un
das es una mujer? -preguntó, su tono exigente-. No
abía un atisbo de algo en sus ojos,
erida... -em
upación por mi lesión. Una pequeña y tonta c
uió tan rápido
hero, su labio in
torcí en el vuelo. -Se acunó l
ante. Examinó su muñeca con una preocupación exagerada que era casi
mado, sangrando en el suelo. Él solo me había mirado, su rostro
fue una bofet
ndose en mis palmas. Me obligué
cortante, impaciente-. ¿Qué está
as enormes. Cada
a paso, el dolor en mi hombro se intensificaba. Lev
e mi visión se volvieron negros. P
quiera puede cargar una sola maleta. Alejan
miró. Su atención estab
lpearon más fuerte
e yo era para él. Una cosa
ía como un bloque
ngre. Lo había mirado, esperando una pizca
do: "Señor, e
había mirado
aba por la falsa
voz apenas un susurro. Tenía que discu
voz goteando malicia-. Quiero que cargues mi
nes altos. Aterri
ada. Su silencio er
giró violentamente. Recogí sus zapatillas, el arom
ue Alejandro a veces r
ante, luego se volvió hacia Alejandr
uerido, estoy
o él, su voz ahora
como si no
me dirigió una mirada. Estaba completam
zapatillas en mi mano se sentían imposi
e desplomé sobre el frío asfalto,