Venganza: La Caída del Magnate
l frío suelo de baldosas junto a la piscina, temblando en su vestido empapado. Una de las
nta-. Debe arrodillarse fuera de la puerta de la señorita L
ro. La empujaron al suelo en el pasillo fuera de la suite de Karina, obligándola a arrodillarse. El ves
, podía oír voces. Los amigos
de ellos-. ¡Primero la araña, luego la empuja
otra voz, más baja y conspiradora-. ¿Pero te has ablandado co
ella. Fue mi culpa por provocarla. Tal vez... tal vez enviarla al club de mi tío por una
decisiva. -Es una buena idea. -Luego le habló a Karina en un ton
cho cien veces. Después de un mal sueño, después de un día difícil, después de uno de los "accidentes" que él mismo había
Finalmente, los mismos guardias regresaron. No hablaron. Simplemente la levantaron y la medio a
se detuvieron, la sacaron a rastras y la metieron en un lugar que olía a sudor, cerveza rancia y sang
xeo ensangrentados fuer
rande y con cicatrices. Era
siendo ayudada a bajar los escalones, su rostro una
ndo su cuerpo de una manera que le erizó la piel-. Pierd
olestaste a la nueva chica de Damián Garza. Gran er
. Esto no era solo un susto. Era una sentencia de mu
erse un par de shorts y una camiseta sin mangas delgada. Intentó correr hacia la puerta, pero
y te romperé las piernas ante
o gelatina. Su oponente era una mujer musculosa co
agudo. Saboreó la sangre. Intentó levantarse, pero su oponente estaba sobre
tud rugi
do, su visión se volvía b
palco VIP privado y elevado, mira
presión de aburrimiento indiferente, como
ndo a Valeria. -Esa es ella, Damiá
. -Apuesto a que pierd
estaban en Karina, su expresión sua
un millón a
sa malvada y triunfante mientras volvía sus a