Su Posesión, Su Escape
atorio fresco de la traición de Bruno. El dolor físico era un dolor sordo, nada comparado con la agonía en mi pe
a. "Señora Jiménez... El señor Jiménez ha ordenado que su
final. Me estab
renda estaba allí, con los brazos cruzados, y Débora Flores es
Brenda. "¿No oíste a mi hermano? Re
habitación", dije, m
pero y feo. "Ya no. Bruno q
r los moretones que ya se estaban po
a cierva asustada. "Brenda, tal vez deber
a Debi protectoramente. Se volvió hacia los sirvientes que dudaban
advertí, mi voz resonando con una a
hija del antiguo jefe del Cártel Sterling. La mujer que
ese poder sobre el personal. "¿Crees que todavía puedes dar órdenes?
o vicioso. "Le va a dar esta habitaci
e nuevo. "Esta es la casa de los
s, mi vida, en cajas. Los observé, un vacío frío extendiéndose por mi interi
en la guerra más
cara de indiferencia, mientras despo
ogían una simple caja de música de
a de música a Brenda en su décimo cumpleaños. La había criado
a a moho y tierra. Mis pertenencias esta
ieja herida, de hace años. Había recibido una bala por Bruno durante un tiroteo, una cicatriz
a foto de boda, el cristal roto, el marco
illaba, y Bruno me miraba con tanto amor que me quitaba el aliento
ferrándote
rta, una sonrisa de suficiencia en su r
"La gran señora Jiménez, viviendo en un sótano
scando un sué
elantó y pisó con fuerza mi man
", siseó. "Te
el tobillo y se lo torcí. Ella gritó y cayó de
diseñado para hacer que to
pesados bajand
lo, agarrándose la rodilla, y su rostro se ensomb
igió, su voz pel
ozó Debi, señalándome con un dedo tembloroso
en la habitación de invitados". Su voz tenía una nota de irritación, como si mi ubicaci
ocupación er
detrás de él. "¡Bruno!
sus ojos se endurecieron al mirarme.
lantes que me tomó pasó por mi
intenté expli
goteando sarcasmo. "¿Se atacó a sí misma?
terpretando su papel a la perfección. "No debí ha
ndose al mirarla. Le acarició el pelo. "Este es
enos de hielo. "¿Recuerdas las