Sus Votos, Sus Píldoras, Una Vida Deshecha
casa vacía. No
amor. La reunión se alargó, tuve que quedarme
rés, besándose, con la luz de la mañana entrando detrás de
n desbordarse. Le respondí a Andr
ue un regalo.
a foto nuestra, cada regalo que me había dado, cada nota que había escrito. L
ara que no sospechara nada cuando regresara. Tenía
siguiente, con aspect
ero lo esquivé, fing
rillantes. Estaba tratando de comprar mi perdón p
y de hum
mi mano. Me sacó de la casa y me metió
ta una propiedad grande y aislada. En el centro s
esto? -
l pecho hinch
ieta. Tu propio
ición, una sala de proyecciones. Todo lo que una cineasta podría soñar
struido sobre una
Aplaudieron mientras me lo presentaba. Todos me miraban con envid
o no era amor. Era un soborno. Una jaula dorada de plata y cris
ra difícil concentrarse, pero el proceso de crear, de dirigir,
rera con una sonrisa de satisfacción, como si fuera el
t como si fuera la dueña del lugar, con
mirando a su alrededor con des
Anabel -dije, mi v
es su propiedad, querida
no de mis movimientos. Traté de ignorarla, concentrándome en un
urbujeante en la maquinaria. Más tarde, durante un momento de caos organizado mientras nos preparábamos para la siguiente t
úa, guiando al actor. De repente, se oyó un terrible chirrido. El brazo d
o! -grit
ra ver una pesada pieza de equipo de iluminación, desprendi
mundo explotó en un destello
smayarme fue el sonido de Andrés g
a: "¡A