Coma, crueldad y la traición de Caleb
e me sacaron, mi piel estaba en carne viva e inflamada. Me medio arrastraron, goteando y tembl
testa. El dolor era algo vivo, un fuego que me consumía desde ad
morir.
n mis propi
fías de antes del coma, una flor prensada que Damián me había dado en nuestra
ndo limpia, sin lazo
iblioteca principal, una habitación a la que normalmente
mi rostro sonriente en cenizas. El fuego consumió mi pasado, mi
s que está
uego. Hailey estaba en la puerta, con los brazos cr
vé cómo se quemaba el ú
sus ojos brill
Eres patética. Quemar unas cuantas fotos
caro tapete persa. Una pequeña llama se encendió y l
un salto, tratando de apa
l brazo, sus uñas c
a que todo lo que fue tuy
mones, ya tan débiles, se contrajeron. Tosí, un son
hogué, mi visi
ió, un sonido ag
ará. Solo pensarán que estás tratando de
amián y Fernando irrump
u lado, ignorando las llamas y mis des
e a sus brazos-. ¡Elara... intent
lo que salió fue una tos sibilante.
o finalmente se volvieron
gruñó-. Eres una enfermedad
s palabras fue
nal de la casa que se ha
l máximo. Es hora de que sien
astrándome fuera de la habitación llena de
o. La puerta se cerró de golpe y, un momento después, escuché e
me el aire de los pulmones. El sudor corría po
rta, mi voz u
Déjenme salir!
o resp
elices en esta casa, parrilladas familiares en verano, mañanas de Navidad junto a
¿Cómo su amor se había tor
a no podía gritar. Me deslicé por
conciencia se desvanecía,
recortada contra la
e? -preguntó, su vo
alde de agua helad
jo con una sonrisa sádic
e fue un nuevo tipo de agonía. Mi cuerpo