Su Antídoto, Su Tormento
ue podía sentirlo incluso a través de la línea telefónica. Lo arregló to
os, no había acumulado casi nada. Julián odiaba ver cualquier rastro de mí en su espacio. Mis
e mi presencia era una m
sta el fondo, detrás de un panel falso. Mis dedos se
mente me pertenecía en este lug
z años, yo ocho. Su brazo estaba sobre mi hombro y le sonreía a la cámara, una sonr
dad. Me había llamado su "futura
aleria! -había declara
bían reído, albor
que sí,
to de una maquinita de chicles. También me había dado un pequeño amuleto tejido, un "amuleto de la bu
a hacienda de su familia. Él se había lanzado sin pensarlo dos veces, sacándom
ño que había prometido protegerme se había conve
ografía. Tracé el contorno de su rostro sonriente, el f
ástico y el amuleto de la buena suerte a la chimenea. Observé cómo las llamas los
adas, una mujer llamada Clara que siempre había
quiere que se replante
lana-. Soy alérgica a esas fl
de la que Julián era muy consciente. Era una de las
repentirás -se burló Clara,
to, pero esta última y mezquina crueldad era demasiado. Me di la
nó en el pasil
antes de que su rostro
dita
omar represalias, una
tá pasan
al del pasillo, sus
ó a llorar
gó! ¡Solo le pedí que ayuda
rlo. ¿Cuál era el pun
cé, pero me
da era
y replantarás cada una
rdad. Solo le importa
la fotografía todavía existiera en algún lugar
i voz desprovi
ión. Un adiós final al hombre que una v