Su Antídoto, Su Tormento
Julián, su voz plana y desprovista de la ma
ada para discutir, demasiad
sperando en el asiento trasero, su expresión una mezcla de impac
dijo, con voz aguda
loto. Fue un gesto pequeño e insignificante,
sero, Casandra parloteaba sin parar, su voz irritando mis nervios. Hab
tera, las manos apretadas en el volante.
e quisiste una boda junto al ma
til que había compartido con él cuando éramos jóvenes. U
lemente eligió dár
e había aferrado a una pequeña y tonta brasa de esperanza de que recordara al niño
ba. Y no l
arecieron de la nada, aceleran
ado! -
nzó hacia adelante, mi cabeza golpeando el tablero con un ruido sordo y nauseabula voz de Julián, fr
ra! ¿Est
jado sobre ella, protegiéndola
desplomado sobre e
nada por el tablero aplastado. Un
é, con voz dé
tello de algo que no pude descifrar. Pero no se mo
-jadeé, el olor a combustible lle
ierna, pero fue inút
ágrimas de dolor y desespera
se concentraba en Casandra, desabrochando su cinturón de seg
estrozado, el olor a gaso
agarré, los bordes afilados cortando mi mano. No me importó. Empecé a cort
a a explota
última vez, una súpli
e dio la vuelta y, por una fracción de segundo, nuestras mir
do estalló en u
lejos de los restos, mi cuerpo un de
oscuridad me consumiera fue la
que nunca más