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PERDIDA EN TI

Capítulo 3 Lo que veo no es real

Palabras:2172    |    Actualizado en: 04/08/2025

tenso, listo para morderme desde dentro. Afuera aún no amanecía del todo, pero una luz azulada, pálida, se colaba por

n recuerdo. O algo

ara algo que no podía oír. Luego, su mano, firme, sobre mi nuca. Y

nes flotaban en mi cabeza como fragmentos de vidrio, reflejando cosas que

café, frutas, pan tibio. Él, como siempre: camisa blanca, el primer botón abierto, un reloj caro en la muñeca iz

ó con voz melosa, dejando

-Lo miré con fije

de su rostro se movió. Se acercó

ró, casi acariciando el borde de mis pensamientos

edo, pero algo en mí... también lo deseaba. No podía evitarlo. Era una atracción qu

ndo una caja de madera de la repisa-. T

dices

ijo, y me besó la man

ras eran mías con él: en la playa, en un café, en lo que parecía ser un

an su cuello, y él me besaba la mejilla. El reflejo en el cristal mostraba algo extraño

ue esto?

hotel Excelsior,

o rec

n voz baja, como un conju

mad

una cocina. Yo sonreía. Ella también. Pero algo en esa foto m

tá v

Murió el año pasado. Tú no quisiste

ago. Las lágrimas amenazaban

i quiero

ber

so un video donde yo -supuestamente yo- caminaba por un jard

a mi rostro, mi cuerpo, pe

rdo haber

nte bloquea lo que la hiere -respondió

stre

escena del sueño regresara con violencia:

evanté de la ca

je-. No puedo seg

nó hacia la ventana y miró el mar,

rías volver a herirt

decid

segundo. Un destello de algo más pr

. Aunque no

. Él la cerró con llav

tás ret

oy prot

ilencio. Una bat

do seco. Un pape

pero yo fui más rápida. Lo

o d

ves no e

ada

. Él me

emblaba en

ves no e

e lo que yo sentía y no me atrevía a decir en voz alta. Vittorio se acercó con lentitud

mi voz ahora seca y aguda, c

die que no deba. Tal vez es parte de tus..

qué ha

na expresión de falsa

a la pri

bía hecho yo, supuestamente, que ahora él podí

papel en

las cámaras

é cá

pasillo. O en esta h

me rozó el cuello. Lo sentí recorrer mi piel co

stás saboteando, como otras veces. Necesitas descansar. ¿Te

ra, agua roja, mi muñeca, o tal vez solo un flash. Pero a

se recuerdo

e nada -dije, co

u pecho contra mi espalda,

éjame cuida

dí. Me quedé quieta. Como una

lo había desaparecido, como tantas otras co

o, las grietas comen

ezó con

yo, en lo que parecía un invernadero, regando flores. Pero había un espejo detrás. Y ahí, el reflejo era

igital? ¿U

si esa muje

jos y traté

El olor de la tierra mojad

sordo. Un golpe. Algui

ión estaba entrecortada. E

yo, debajo

tina. Vittorio con el desayuno. Su

soñast

lores

si supiera que no

conm

emp

Me besó

a ver alg

negro, viejo, gastado

amos visto junto

res. Sitios que apenas reconocía. Un campo de amapolas. Una

felices

ía un vestido blanco. Estaba de

s, un d

gri

opio

stro que no cuadraba. Mi sonrisa era demasia

rté de

fotos e

al

y yo, pero... ed

qué ha

jaría un papel bajo la puerta

e observó e

estás

golpeó como un ba

no lo

or eso inten

también e

denso cayó e

cia la repisa, tomó una caja me

aber la ver

h

s, una hoja arrugada con mi nombre

el di

tra e

o era

agmentos: "Me está matando de a poco", "Hoy también dijo q

enía una advertenc

sto, no confíes en

undo

té, tamb

esto? -

có. Su voz era un

a. La que t

é lo esc

sabías lo

que sí

a extraña, como si en e

seas feliz. Aunque tengas qu

armó. Por un segundo, lo creí.

es, el

gol

ía estrellado contra

intentó detenerme

a. En el suelo, una piedra

con dedo

oca. Él te

bolsillo antes d

s de mí, con una expre

ájaro

O fingió

estar dormida hasta escu

as fotos. Los videos. Algunos eran evidentemente montajes. Había errores:

ién había

deo s

i rostro,

no te ama. Te necesita rota. Si dudas de ti, ya ganaste medio paso. No olvides lo que

e cortó co

é haci

momento, que

a una cárce

los recuerdos". Un lugar oculto tras la casa, cubierto de flores

escribir -dijo-. Es

mismo cielo que debía habe

e ence

e tensó. No

e recordar por mí misma. Sin

nclinó

jo sola,

omperme -susurré-.

rimera vez, lo vi como era. No com

mo mi c

puerta de mi habitació

n había revuel

había de

ré ha

iste

N

rostro, a

esponder, escuchamos un

por

so

a

ata

oz femeni

escalera. Vitto

ó, y me sujetó de

ahí?! -grité

en nada! ¡Tú eras mi

tonc

dis

gri

enc

me empujó

o importa quién er

rnas fl

ía res

día m

r en lo que acab

rm

e bo

todo acabab

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