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Abandonado a la Muerte, Encontrado por el Amor

Capítulo 6 

Palabras:1186    |    Actualizado en: Hoy, a las 22:20

mente clara. La fiesta estaba terminando, pero u

illa, un inversionista borracho miránd

-arrastró las palab

ofía, su voz temblando con lo

rayo. Cruzó la habitación en tres zancadas, agarró al inversio

u rostro contorsionado por una furia que nun

díbula. El sonido de hueso contra hueso resonó en la ahora silenci

La gente gritaba. Los amigos del in

o. Era Leo, el amigo de Ma

ca a la que podría escuchar. Es

sta sería una pesadilla de relaciones públicas. Era mi deber como su

cansado suspiro, d

ya es su

su brazo. Fue com

esorbitados y desenfocados. Cuando me vi

itó, y con un violento encogimiento d

able por mis heridas y el resbaladizo suelo de mármol, me hizo tr

a

el pavimento, se estrelló contra la esquin

. La habitación se inclinó, las luces se convirtieron

mano volando hacia mi cabeza. Vo

escuché la voz de Sofía, una mezc

le los brazos al cuello-. Ese hombre e

olvidó la sangre, me olvidó a

vizándose al instante. La tomó en sus brazos, acuná

mi dirección. Me dejó arrodillada en un charco creci

solidificándose en mi mente. Me dejarí

do los muebles como apoyo. Leo se apresur

, tenemos que lle

orprendentemente fi

pequeño rastro de sangre detrás

que coincidía con la desolación de mi alma. Tomé un taxi, los ojos del conductor se

igada a llamar hogar por ahora, fue un borrón de dolor y luces de la ciudad

é y vendé el corte en mi cabeza yo misma, mis movimientos lentos y delibera

jo en el espejo. No reconocí a l

a, había recuerdos de mis tres años con Mateo. Una flor seca de nuestra primera cit

llevé a la chimene

llamas. Vi las fotos enroscarse y ennegr

mpre. Me había prometido prote

hermosa y trágic

repentino y violento desde el exterior me sobresaltó. El sonido de

golpe. No era Mateo. Eran dos extraños grandes y amenazantes. Uno de ell

pensamiento consciente fue un destel

con las manos y los pies atados con cinchos de plástico. El

ascivamente, su rostr

. Miren qui

de puro terror i

ara divertirnos contigo antes de deshacernos de ti. Parece que no

teo? No. No

vengativa, pero este nivel de violencia... parecía orq

alcanzó la cremal

lvajemente, pateando con todas mis fuerzas. Mi pie con

puerta trasera de la camioneta. No estaba bien cerrada. Se abrió de golpe

mi corazón martilleando con un terror tan profundo que era paralizante.

por mi

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