Abandonado a la Muerte, Encontrado por el Amor
a sonar. Uno de los guardias abrió
za dijo que y
ía, la garganta irritada por los gritos silenciosos. Subí las escaleras a trompicones, mis
uite principal, anhelando el simple consuelo d
onces
cuerpo entero, girando de un lado a otro
uedaba de mi madre biológica, una mujer que nunca conocí. No tenía precio, no por el dis
de rabia pura y ardiente me invadió,
endo? -mi voz er
a pequeña mirada de s
la seda-. ¿No es hermoso? Lo encontré en e
ella, mis ojos fijos en el
a mirada
o que podía tomar prestado lo que q
ue sabía exactamente lo que estaba haciendo. Había un dest
e mi v
, su labio infe
la. Solo quería
tela en la esquina del tocador. Escuché el sonido repugnante de la seda ras
se tiñó
olando y conectó con su mejilla. El eco de l
par en un shock teatral. Se llevó una mano a
aste -s
is ojos en el vestido arruinado.
susurro venenoso, el acto de v
o. Mateo puede comprarte cien nuevos. -sus labios se torc
tá pasan
entrado justo a tiempo para ver las lágrimas de
azo: yo, de pie, temblando de rabia
hiciste? -rugió, corr
o su rostro en su pecho-. Todo lo que h
sus ojos ard
írala, está ate
! -grité, mi voz quebrándose-.
sgarro que se sentía como un
do significa para mí. Prometis
manipuladora, se asomó por
No sabía que era especial.
azo apretándose alrededor de ella-. N
rostro frío
la mano en el bolsillo, sacó su cartera y arro
. Compra diez. No me importa. S
go su rostro. La crueldad casua
. Había escuchado mientras le contaba que era todo lo que tenía de mi madre. Había prometido construir una vitrina
i eso pudiera arreglar el enorme agujero
mpleto, su atención cent
iño. Salgam
tación, pude oírlo murmurarle
ras. Te conseguiremos un guardarropa
vestido arruinado y la tarjeta de crédito negra
tenían sonido. Ya no se trataba solo del vestido. Se trataba d
todos y les hab
édito y, con una oleada de furia fría y clara, la partí por la mitad. E
ra un monstruo. Y yo había