Cinco años, un amor que se desvanece
da como un fantasma. Se apoyó en una pared para sostene
ero sus ojos no dejaban de mirar hacia ella, con
ró la g
leva a Cha
una forma de
tal achispada a salir del club. Pasaban junto a una gran
as, y luego se lanzó deliberadame
o a Chantal chapoteando en la fuente y a Camila
a condicionado a
Camila, su agarre le
-siseó, su voz
palpitando. El alcohol, la fiebre, el es
o de ella hacia adelant
negaciones. Sus dedos s
nunca olvidarás -dijo, con
ujó a la
xplotó en su cabeza mientras se hundía. Ordenó a sus guarda
torsionada y lo vio sacar a Chantal, ac
ouse. Alejandro estaba sentado junto a la cama, su
que estabas enferma? -
arga casi s
o? -preguntó en su
ó denso por la tensión. Encendió
ó de
aste a
N
a me mentir
jos vacíos de esperanza. Sabía que era inútil. É
por el pelo. Arrojó un gru
próxima semana. Quiero que pla
flores, comidas, música. Sus dedos temblaron. Recordó cómo Julián había guardado un
guda de Alejandro int
real -susurró-. D
eparativos. Mientras se movía, su teléfono se deslizó de l
abrieron de par en par. S
mente, con la cabeza apoyada en el hombro de un joven. Un hombre