Votos Rotos, Amor Silencioso
asta el hospital, su mente una tormenta de dolor y furi
El guardia de seguridad intentó detenerlo, pero Isaac pasó de largo,
puerta si
í est
gazo de Rodrigo Beltrán. Rodrigo le acariciaba el pelo, susurrándole
de Isabela se abrieron de par en par por la sorpr
í? -preguntó, con un ru
anormalmente tranquila-. Está en e
, su expresión cambiando
¿Estás tratando de
jada de la realidad de la situación
ños cuidando de tu madre, todos los días. Mientras tú construías tu
. Sabía que estaba
poniéndose de pie de u
so una mano en el
ente salir corriendo. Piensa en
de una advertencia posesiva. L
y sutil, pero golpeó
. Estaba e
conversaciones que habían tenido. Ella diciéndole que no estaba lista para tener hijos, que su
a que no quisiera un hijo. Simp
voz ahogada en un susurro. Se dio la
Isabela, alcanzándolo-
drigo con firmeza, tirando de ella hacia
el pasado y el presente. Miró el rostro destro
ejó caer la mano y
ltimo hilo de esperanza que q
erta y la miró, co
Isabela. Te vas a arrepentir d
itar su nombre. Mientras caminaba por el pasillo, pod
ena. Nos tenemos el uno al otro.
las lágrimas que le quemaban los ojos. Se había ido. El
utomáticas de la sala de emergencias, sintiendo los pies como
ento mucho. Hicimos
e registraron del
s minutos. Su corazón simpl
No sentía nada. Solo un vacío inmenso y frío. Había perdido a su esp
con una precisión escalofriante. Abrió
tavo. Y agrega una cláusula de que no participará en los arreglos
para Isabela. Adjuntó el
aje fue
s li